Disgresiones en torno a Howard's End


La cultura como medio o como fin en sí misma es un tema muy sugerente en Howard's End. Para Leonard Bast la cultura no es sólo un medio de avance social, también parece guiarle un ideal romántico de búsqueda de la belleza. Espera la revelación de algo más profundo a lo que piensa sólo tienen acceso los que disponen de dinero y tiempo de ocio. Leonard por el contrario se siente limitado por su falta de tiempo y recursos para cultivarse.
Actualmente el aprendizaje es más fácil que nunca para el autodidacta. Se pueden tomar prestados libros, cds y dvds gratis en las bibliotecas públicas, acudir a exposiciones y museos también gratuitamente o con reducciones algún día por semana. Sin embargo, ya no hay tantos Leonard Bast en la clase trabajadora porque el reconocimiento social que hoy se deriva de la cultura es escaso.
Por ejemplo, el acceso a la universidad que hace pocos años era la común aspiración de muchos como forma de progresar en la vida, ya no lo es. Un título universitario no equivale ya a un pasaporte a un trabajo seguro y bien remunerado, ni siquiera es ya un seguro contra el desempleo. Y el conocimiento actualmente es sólo reconocido cuando sirve a un uso. Los medios de comunicación incitan al consumo, el valor supremo es el éxito entendido como consecución de bienes materiales. El conocimiento ya no es un valor importante en sí mismo.

Howard's End y Bobos en el paraísoTambién es interesante notar el cambio que se ha producido en la clase intelectual y empresarial desde principios del siglo XX. En “Bobos en el paraíso” (Bobos in Paradise) David Brooks describe las nuevas elites que aunan lo burgués y lo bohemio (bohemian-bourgeois). Eso no significa que no existan Wilcox, sino que una parte importante de las nuevas elites no se resigna a ser considerada materialista y carente de sensibilidad. Estos bobos surgidos de la meritocracia, fueron rebeldes en la universidad y mantienen algunos de sus viejos valores. Se distinguen por su consumo apostando por la sencillez y la sostenibilidad ecológica, aunque estos gustos pueden ser también muy caros. Dan más importancia a la creatividad dentro de la empresa y a la vez mantienen los ideales de disciplina y productividad. ¿Se trata quizás de lo que Forster llamaba “conectar”?.