Pájaros de América- Mary McCarthy


Lo que me interesa de las novelas de Mary McCarthy es lo que tienen de híbrido entre ensayo y novela. Además del análisis psicológico, en la narración se entremezclan constantemente ideas y observaciones sociológicas y culturales que enriquecen la lectura. La novela comienza en Estados Unidos donde Peter Levi y su madre Rosamond a la que está muy ligado veranean en una localidad costera. La madre de Peter, una artista de gustos exigentes y refinados mira con sorpresa y resentimiento los cambios que experimenta EEUU. Rosamond percibe un descenso en la calidad de vida con el consumo masificado y el devenir de la comida rápida.
Peter viaja a París para estudiar francés y de paso posponer su alistamiento en el ejército que podría conllevar su envío a Vietnam. Es un admirador de Kant y está decidido a seguir su imperativo categórico, “actúa como si tu máxima pudiera ser considerada ley universal”, es decir, siempre se pregunta cómo sería el mundo si todos se comportaran como él. Esta filosofía llevada a la práctica presenta no pocas complicaciones y Peter se enfrenta a menudo a dilemas morales incluso en temas aparentemente poco importantes como dar o no dar propinas.
Su traslado a París le hace consciente de lo imitativo del comportamiento humano. Las costumbres que piensa son universales resultan no serlo tanto y tiene que vigilar su comportamiento para no molestar. Los militares americanos destinados en bases en Europa no tienen ese problema porque viven en su propia burbuja. Su estilo de vida es completamente americano, representado por el economato militar en el que compran absolutamente todo. Peter acude a la cena de Acción de Gracias en casa de un general americano y se produce una discusión sobre la guerra de Vietnam. No se trata de un tema de actualidad, pero los argumentos que se dan podrían servir también para discutir guerras actuales.


Peter conoce a un italiano, Bonfante, que escribe una columna sobre economía en un periódico. Bonfante no tiene mucho dinero y él y su familia viven de forma bastante sencilla. En las discusiones de los dos se tratan temas ecológicos que creo que serían avanzados para la época. Bonfante tiene muy buena opinión del progreso técnico, pero Peter ve el peligro inherente a estos avances, como los detergentes que contaminan comparados con el jabón tradicional o lo que los fertilizantes químicos hacen a la tierra. Peter también mantiene discusiones con su tutor, el señor Small, con el que confronta sus teorías porque a Peter "Algún hada mala, viendo que tenía la cabeza desocupada, debía de haberle impuesto la horripilante tarea de buscar una solución para todas las aflicciones humanas". Tanto Bonfante como el señor Small tienen una visión optimista del futuro aunque desde ideologías diferentes, comunista y capitalista respectivamente. Es curioso comprobar que las profecías que hacían Bonfante y el Sr. Small en los años 60 se han demostrado erradas por ej. que las maquinas sustituirían a los barrenderos (Bonfante) o que los miserables guettos de las ciudades desaparecerían gracias al capitalismo (Sr. Small), nada de eso ha ocurrido de momento. En la parte final de la novela, Peter y el Sr. Small mantienen una interesante discusión sobre el turismo masificado que Peter aborrece.
Entre los intereses de Peter están la ornitología y el arte. No comparto su interés por los pájaros, pero me resultan interesantes sus observaciones sobre arte. Ambos tenemos preferencia por el gótico. Peter visita la Basílica de St Denis, pero lamenta no haber podido visitar el coro, no por las tumbas de los reyes franceses, sino por el coro gótico original del Abbé Suger. Las fotos las hice yo en París el pasado abril, la segunda está hecha en St. Denis. Me gustó mucho cómo los colores de las vidrieras se reflejaban en el mármol blanco de las tumbas de los reyes franceses.