Cuento de otoño - Eric Rohmer



Magali (Béatrice Romand) es una viticultora de 45 años, su mejor amiga es Isabelle (Marie Rivière) propietaria de una librería, casada y con una hija a punto de casarse. Magali tras quedar viuda no ha encontrado otra pareja aunque se siente sola y le gustaría. Isabelle piensa que la mejor forma de conocer a alguien es poner un anuncio en el periódico local y lo hace a espaldas de Magali que está totalmente en contra de esta idea. A continuación se encuentra ella misma con los posibles candidatos haciéndose pasar por Magali. El anuncio es contestado por Gerard (Alain Libolt)un atractivo divorciado de la edad de Magali. Isabelle se describe a sí misma como Magali y evalúa a Gerard en las sucesivas citas. Gerard es agradable y tiene cosas en común con Magali, además aunque encuentra atractiva a la rubia Isabelle siempre ha preferido a las morenas. Isabelle le revela la verdad y aunque contrariado al principio finalmente accede a conocer a Magali en la boda de la hija de Isabelle.
Rosine (Alexia Portal) novia del hijo de Magali también quiere hacer de casamentera por su parte. Su candidato es su antiguo profesor de filosofía Etienne (Didier Sandre), con el que ella tuvo una relación en el pasado. Etienne parece preferir a las jóvenes, pero esto podría cambiar. Rosine piensa que si une a Etienne y Magalie él será tabú y podrán ser sólo amigos manteniendo a la vez a Magali como amiga. Este plan es poco realista porque es evidente que Etienne todavía se siente muy atraído por Rosine y ésta tampoco ha terminado de superar la ruptura. Isabelle también da muestras de no sentirse indiferente ante el atractivo de Gerard. El día de la boda de la hija de Isabelle se producen encuentros y desencuentros.



En “Cuento de otoño” los personajes no se detienen tanto en explicar sus pensamientos y opiniones como en otras películas de Rohmer, pero los diálogos son inteligentes como siempre. La actuación de los actores es vital a la hora de definir a los personajes. No sólo las palabras, sino sobre todo también las miradas y los gestos revelan los sentimientos y la personalidad de cada uno y pueden contradecir las palabras.
Magali se revela desde el principio como una mujer complicada que inspira tanto marcadas antipatías en su propio hijo y en la hija de Isabelle cómo profunda amistad en Isabelle y Rosine. Isabelle es una mujer equilibrada y muy leal a Magali. Sin embargo, no es consciente de la tentación que le va a suponer ser deseada de nuevo por un hombre tan interesante cómo Gerard y aún cuando le ha desvelado ya la verdad no puede evitar breves momentos de flirteo con él.
De los personajes masculinos el de Gerard es el que más me gusta por su inteligencia y sinceridad. Etienne por el contrario resulta infantil en contraste con su ex alumna Rosine que le maneja a su antojo. Del marido de Isabelle y del hijo de Magali sabemos muy poco. Hay quien dice que los personajes interpretados por Béatrice Romand y Marie Rivière son versiones de los papeles que interpretaron en otras películas de Rohmer siendo más jóvenes. A mí en cambio me parece que se han intercambiado los antiguos papeles en cuanto a las actitudes frente a las relaciones de pareja. Marie Rivière en “El rayo verde” interpretó a Delphine que una mujer idealista que cree en las señales y en el destino y se resiste a forzar las cosas. Igual que Magali (Béatrice Romand) que según Isabelle piensa que los hombres caen de los árboles. Béatrice Romand en “La buena boda” era Sabine que tiene un plan definido para encontrar pareja y se dedica a ello con entusiasmo y decisión. Isabelle (Marie Rivière) adopta está misma estrategia aunque no en beneficio propio, pero sus esfuerzos no están condenados al fracaso porque es prudente y tiene más experiencia. Sabine estaría cometiendo el mismo error de juicio que Rosine fantaseando con lo que le gustaría que ocurriera en lugar de mirar fríamente la realidad.
“Cuento de otoño” se enmarca en la campiña francesa y es que uno de los temas predilectos de Rohmer son los contrastes campo y ciudad, cómo afectan los avances tecnológicos al campo etc. Estos temas los tratará más profundamente en “El árbol, el alcalde y la mediateca”. Aunque al final Rohmer no llega a una conclusión clara y cerrada como en otras de sus películas las perspectivas parecen prometer lo mejor para Magali.