Listas (II)



La sala de estar de los Glass no podía estar menos preparada para que repintaran sus paredes. Franny Glass yacía dormida sobre el canapé, tapada con una manta; la alfombra «de pared a pared» seguía en su lugar, y ni siquiera había sido doblada por los bordes; y los muebles —al parecer, el contenido de un pequeño almacén— se encontraban en su habitual distribución estático-dinámica. La habitación no era de un tamaño impresionante, ni siquiera según el promedio en las casas de apartamentos de Manhattan, pero el mobiliario allí reunido podría haber prestado un aspecto acogedor a una sala de banquetes del Valhalla. Había un piano de cola Steinway (invariablemente abierto), tres radios (una Freshman de 1927, Una Stromberg-Carlson de 1932 y una RCA de 1941), un televisor de veintiuna pulgadas, cuatro fonógrafos de mesa (incluyendo una Victrola de 1920, con el altavoz encima, todavía montado), gran cantidad de mesas llenas de revistas y cigarrillos, una mesa de ping-pong de tamaño de reglamento (afortunadamente rota y almacenada detrás del piano), cuatro sillas cómodas, ocho sillas incómodas, un acuario de cincuenta litros para peces tropicales (lleno hasta rebosar, en todos los sentidos de la palabra, e iluminado por dos bombillas de cuarenta watios), un sofá para dos, el canapé ocupado por Franny, dos jaulas vacías, un escritorio de madera de cerezo y un surtido de lámparas de pie, lámparas de mesa y lámparas de bridge, que surgían por todo el congestionado ambiente como zumaque. Unas estanterías de altura equivalente a la de la cintura cubrían tres paredes, atestadas literalmente de libros, libros infantiles, libros de texto, libros de segunda mano, libros del Club del Libro, además de los excedentes aún más heterogéneos de «anexos» menos comunales del apartamento (ahora Drácula se encontraba al lado de Pali elemental, Los aliados juveniles en el Somme al lado de Relámpagos de mediodía. El caso del asesinato del escarabajo y El idiota estaban juntos. Nancy Drew y la escalera escondida se hallaba encima de Miedo y temblor.) Incluso si un equipo resuelto de pintores, dotados de un corazón fuerte, hubiese sido capaz de entenderse con las estanterías de libros, las propias paredes, directamente tras ellas, hubieran hecho devolver su tarjeta del sindicato a cualquier artesano que se respetara. Desde la parte superior de las estanterías hasta unos centímetros por debajo del techo, el yeso —de un verrugoso azul Wedgwood, donde era visible— estaba completamente cubierto por lo que podría llamarse muy libremente «objetos colgantes», refiriéndose a una colección de fotografías enmarcadas, amarillenta correspondencia personal y presidencial, placas de bronce y plata, y una miscelánea irregular de documentos de aspecto vagamente honorífico y objetos semejantes a trofeos de diversos tamaños y formas, todos ellos atestiguando, de un modo u otro, el formidable hecho de que a partir de 1927 y hasta casi finales de 1943, el programa de radio llamado «Es un niño sabio» se había emitido raramente sin uno (y, más a menudo, dos) de los siete niños Glass entre sus concursantes. El sistema de decoración de las paredes era, de hecho, —con la sanción espiritual sin reservas de la señora Glass y su eternamente tácito consentimiento formal-invento del señor Les Glass, padre de los niños, antiguo actor de vodevil y, sin duda, admirador inveterado y nostálgico de la decoración de las paredes del restaurante teatral de Sardi. Tal vez el golpe más inspirado del señor Glass como decorador se manifestara justamente detrás y encima del canapé donde la joven Franny Glass se encontraba durmiendo en estos momentos. Allí, en una yuxtaposición casi incestuosamente íntima, habían sido adosados por los lomos, directamente al yeso, siete álbumes de recortes de periódicos y revistas. Era evidente que año tras año los siete álbumes habían sido examinados o consultados tanto por los viejos amigos de la familia como por visitantes casuales, y también, presumiblemente, por la mujer de la limpieza.

Franny y Zooey, J. D. Salinger

Las fotos son de Hanna y sus hermanas de Woody Allen, el ambiente de la casa de Hannah me recuerda la de los Glass por su calidez y porque los padres de Hannah son antiguos actores de vodevil como los de los Glass.