Ghost World (2001)



Estoy leyendo una novela de Haruki Murakami en la que uno de los personajes sólo lee autores que han muerto hace más de 30 años. El protagonista se hace su amigo porque son casi los únicos que han leído “El gran Gatsby” en el Japón de los años 60. Yo no soy tan rígida e incluso leo algunos autores vivos como el propio Murakami pero me he sentido identificada porque prefiero leer novelas que han pasado la prueba del tiempo. Cuando leo los best sellers es normal que ya hayan pasado años desde que fueron best sellers. Dicen que para las ciencias es mejor leer lo más nuevo y para las letras lo más antiguo. Esta costumbre es algo que limita un poco, porque cuando todo el mundo habla de Stieg Larsson o del libro de moda de turno no tienes ni idea.

También he visto hace poco la película “Ghost World”. Enid (Thora Birch)y Rebecca (Scarlett Johansson) son dos chicas que acaban de terminar el instituto. Ellas tienen unos gustos muy personales y algo contraculturales que no se ajustan a la cultura de masas que prolifera en la pequeña ciudad en la que viven. Las dos, pero especialmente Enid se sienten diferentes y tienen una opinión bastante negativa de la mayoría de los que les rodean. Ven a través de la fachada de sus compañeros, que intentan adaptarse a lo que la sociedad requiere para ser aceptados y como consecuencia no pueden ser nunca ellos mismos. Enid se parece un poco a de Holden en “El guardián entre el centeno” los dos personajes no están faltos de razón pero su actitud me parece exagerada y en última instancia autodestructiva. Creo que hay que ser más indulgente con las pequeñas debilidades de la gente (egoísmo, envidia, vanidad, miedo a no encajar etc.) y guardar la indignación para los que cometen verdaderas iniquidades.

La vida de Enid cambia cuando toma contacto con Seymour (Steve Buscemi). Seymour es un hombre de mediana edad que se parece en muchos sentidos a Enid. Es un coleccionista de viejos vinilos de jazz, soul etc. Sabe que no es un pasatiempo cool pero continúa con ello porque es su verdadera pasión. Seymour también es reflexivo y a veces bastante incisivo como cuando dice que la sociedad no ha cambiado la gente todavía se odia entre sí, pero ha aprendido a esconderlo mejor.

Rebecca parece conformarse finalmente con la sociedad o más bien darse cuenta de que si sigue con la misma actitud va a ser muy infeliz toda su vida. Enid por el contrario es alguien que siempre tendrá problemas de adaptación donde quiera que vaya. Encuentro el final demasiado triste para mi personaje favorito, Seymour y es por eso por lo que mi opinión sobre la película no es decididamente entusiasta. Sin embargo, aunque quizás demasiado larga tiene momentos realmente buenos como cuando un cliente de un video club pide 8½ de Fellini y el dependiente intenta darle “9½ Weeks” (“Nueve semanas y media”). O la parodia del arte moderno que se hace a costa de las clases que recibe Enid en la escuela de verano.