“Todos rieron” (They All Laughed) trata de una agencia de detectives privados a los que dos celosos maridos han encargado seguir a sus mujeres; John (Ben Gazzara) sigue a Angela (Audrey Hepburn) y Charles (John Ritter) a Dolores (Dorothy Stratten) mientras tanto se enamoraran de ellas.
Peter Bogdanovich siempre ha dicho que “Todos rieron” aunque posiblemente no la mejor entre las que dirigió es sin duda su favorita. Es una película que los que la ven suelen adorar u odiar. No tuvo mucho éxito en su día parcialmente debido a que el estreno se vio ensombrecido por la trágica muerte de una de las actrices protagonistas, Dorothy Stratten, a la sazón pareja del Bogdanovich.
Los que odian “Todos rieron” creen imposible que sea obra del director de “The Last Picture Show”. Atribuyen el fiasco a la autoindulgencia de Bogdanovich que se lo pasó muy bien haciendo la película con cuatro amigos pero no se molestó en escribir un buen guión. Encuentran inverosímil que toda aquella mujer con la que se cruza Ben Gazzara (un tipo de mediana edad y no precisamente guapo) caiga rendida a sus pies. Olvidan que Bogdanovich era un admirador de Howard Hawks y que en “El sueño eterno” a Humphrey Bogart (otro tipo escasamente guapo) le ocurre exactamente lo mismo que a Ben Gazzara. Entre las conquistas de Bogart se encuentra precisamente una taxista, igual que entre las de Gazzara (en este caso es la modelo Patti Hansen actualmente casada con Keith Richards de los Rolling Stones).
Bogdanovich cuenta que hizo la película con gente muy cercana, con amigos y con mujeres de las que estaba enamorado o casi. Las niñas que interpretan a las hijas de Gazzara eran las hijas del propio Bogdanovich y el hijo de Audrey Hepburn, Sean Ferrer aparece también brevemente como José amigo de Dolores (Dorothy Stratten). John Ritter es el álter ego de Bogdanovich y es perfecto para un papel un poco cómico y bastante entrañable. Me gusta también el papel de Arthur (Blaine Novak) un mujeriego fumador de porros que cuando cae la noche se quita la gorra para soltarse la melena de rizos. Me parece haberme encontrado con gente así en mi vida. En realidad no se trata de una comedia porque hay tintes agridulces en el romance otoñal de Ben Gazzara con Audrey Hepburn (en su último papel como protagonista). Los dos habían mantenido una relación que terminó poco antes del comienzo de la película y se nota.
No sé exactamente porqué pero conecto perfectamente con el ritmo de “Todos rieron” que por otra parte tiene una extraña banda sonora; mitad country, mitad Frank Sinatra (el título de la película está tomado de una canción de este último). A pesar de que existen factores irritantes en la película estos se diluyen frente a los factores que me atraen. En la parte negativa la cámara parece tan enamorada de los personajes que se detiene en ellos con un exceso algo baboso. En la parte positiva Nueva York que nunca antes me ha parecido tan cercana y real. Una Nueva York en la que todo tipo de improbables encuentros parece posible y en la que existe el único tipo de vida nocturna que me parece apetecible. Me gustan además las películas corales en las que al conocer sólo una pincelada de cada personaje es fácil identificarse con alguno de ellos, igual que en el relato corto de un buen escritor.