El manantial





“Ayn Rand, (…) filósofa y escritora estadounidense de origen ruso, ampliamente conocida por haber escrito los bestsellers El manantial y La rebelión de Atlas, y por haber desarrollado un sistema filosófico al que denominó «objetivismo».
Rand defendía el egoísmo racional, el individualismo, y el capitalismo laissez faire, argumentando que es el único sistema económico que le permite al ser humano vivir como ser humano, es decir, haciendo uso de su facultad de razonar. En consecuencia, rechazaba absolutamente el socialismo, el altruismo y la religión.”

http://es.wikipedia.org/wiki/Ayn_Rand

"Gary Cooper es un arquitecto vanguardista en desigual lucha con el mundo. Su deseo de demostrar tanto su talento como el valor del individuo frente a la masa se mezcla con una tórrida y compleja historia de amor en este atípico melodrama, ejemplarmente rodado por Vidor con toda la pasión y el pulso narrativo que le caracterizan."
Daniel Andreas:  filmaffinity

http://www.filmaffinity.com/es/film508116.html

Tengo bastantes objeciones contra el ultra liberalismo en general y contra la novela “El manantial” de Ayn Rand en particular. Según esta ideología los que valen triunfan mientras que los que fracasan es porque son vagos e inútiles. No estoy de acuerdo porque el “éxito” también es en parte educación, suerte y conexiones. Y aun suponiendo que todo aquel que se hallase en la pobreza fuera por su culpa por su falta de trabajo y previsión no creo justo que los hijos paguen por los errores de sus padres.
Ayn Rand cuando decía estar en contra del altruismo quería decir el altruismo impuesto por el Estado via impuestos o redistribución de la riqueza. Por el contrario yo pienso que es importante que los hijos de las familias pobres dispongan por ej. de escuelas públicas de calidad y que los que poseen aptitudes tienen posibilidades de acceder a la universidad, sin que importe su carencia de recursos. El Estado (que según Ayn Rand tendría que reducirse al mínimo indispensable) para mí tiene responsabilidad en eso. Tristemente a menudo sólo en tiempos de crisis económica la gente se da cuenta de su propia vulnerabilidad y de que todos nos beneficiamos cuando la sociedad busca el bien común.
Rand en “El manantial” utiliza personajes como representación de sus ideas lo que les resta valor literario porque son monolíticos y sus discursos son artificiales. Un personaje real es complejo y en ocasiones contradictorio. El triunfo liberal viene representado por Gail Winand, magnate de la prensa que ha amasado una fortuna. Gail Winand no sólo se ha hecho rico, sino que desde niño ha dirigido el mismo su propia educación (casi como Frankenstein que aprendió a leer y a escribir solo). Winand no encarna sin embargo al héroe de Rand porque traiciona sus ideales para vender periódicos. Ellsworth Toohey es la encarnación del socialismo. Es un manipulador que debido a su propia mediocridad y movido por la envidia pretende acabar con el talento del resto y promover el altruismo como ideal social. Finalmente Peter Keating es el parásito que triunfa gracias a los demás.
En “El manantial” la ideología individualista se aplica a la arquitectura y peca de simplista. El mundo según Rand se dividiría en creadores (en la novela el genio creador por antonomasia sería Howard Rark) y hombres masa. Es obvio e irrefutable que algunas personas tienen más inteligencia, talento etc. que otras. Pero también existen miles de gradaciones entre creadores y masa. Por otra parte, la persona con talento o el genio no crea en un vacío, tiene que aprender de los que han realizado obras antes que él. La arquitectura tampoco es necesariamente una obra individual y se puede concebir como una obra en colaboración. Hoy en día en los estudios de arquitectura trabajan varios arquitectos en el mismo proyecto. Estos proyectos no tienen por qué ser peores que los de un arquitecto en solitario como asegura Rand. Tampoco existe el cine individualista.
La película que en 1949 realizó King Vidor al diluir la ideología de Rand rescata las ideas valiosas que puede tener la novela. Este mensaje positivo sería que aunque la presión colectiva empuje al conformismo los individuos pueden y deben mantener su integridad. Algunas veces una postura individual puede hacer una gran diferencia.