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Agatha Christie en versión francesa





 
Cine
En los últimos años ha comenzado una tendencia a transponer los crímenes de Agatha Christie a escenarios franceses.  En concreto el director Pascal Thomas ha adaptado hasta la fecha tres novelas de Christie.
La primera es una adaptación de “By The Pricking of My Thumbs” (en español publicada como “El cuadro”) que ha titulado “Mon petit doigt m'a dit” (2005)  protagonizada por Prudence y Bélisaire Beresford (Catherine Frot y André Dussolier). Digamos que el humor francés no es tan sutil como el inglés (no suele funcionar en el extranjero más que en contadas excepciones como “La cena de los idiotas”). Para poner un ej. en una escena de tren Prudence le dice a su compañero de compartimento que por favor retire la pierna para poder pasar. El otro pasajero lo toma literalmente, se quita la pierna ortopédica y se la coloca al lado. El problema es que en lugar de centrarse en la investigación alargan este tipo de chistes a mayor gloria de la pareja protagonista. De esta manera el misterio queda como telón de fondo y no aparece nada claro, tampoco la explicación final.
Su segunda adaptación ha sido “Le crime est notre affaire”(2007), (novela original “El tren de las 16:50”) donde ha cambiado a Miss Marple por el matrimonio Beresford . En esta segunda película el humorismo está más contenido y el resultado es más equilibrado. También funciona mejor porque la transposición Inglaterra- Francia cuando se cambia una mansión inglesa por un chateau francés es creíble. En cambio cuando se cambia un pueblo inglés por un pueblo francés se pierde el encanto de los ambientes típicamente ingleses. Cambian a un cura francés por el sacerdote anglicano y a la esposa del éste por la madre o por la beata que se hace cargo de las actividades parroquiales. Pero hay algo que falta, el tipo de vida no es la misma. En cambio aquí el ambiente mansión tipo Cluedo está bien conseguido.
Finalmente “Hacia cero” en francés traducida como “L'heure zéro” (2008) sin ningún detective en particular. Sin haber releído la novela me parece apreciar que la historia de intriga ha sido bastante respetada. El inspector Battle pasa a ser el inspector Bataille. La atmósfera es una mezcla de distintos periodos; los teléfonos móviles conviven con coches de época y el vestuario tiene un aire retro.
Como curiosidad en la primera de la serie “Mon petit doigt m'a dit” aparece Sarah Biasini (hija de Romy Schneider) como Marie Christine, hija de Prudence y Bélisaire. En las dos siguientes “Le crime est notre affaire” y “L'heure zéro” participan Chiara Mastroianni,  (hija de Marcello Mastroianni y Catherine Deneuve) y Melvil Poupaud (Cuento de verano, Rohmer). Una de las actrices de “L'heure zéro”  es Laura Smet (hija de Johnny Hallyday y de la actriz Nathalie Baye). En “Le crime est notre affaire” figura Christian Vadim, (hijo de Roger Vadim y Catherine Deneuve). También Hippolyte Girardot que milagrosamente no tiene ningún parentesco con Annie Girardot.
 
Televisión
En esta serie francesa Poirot es sustituido por el comisario Larosière y el inspector Lampion. Larosière (Antoine Duléry) tiene muy poco que ver con Poirot, es un buen detective pero no obsesivamente metódico, es mujeriego y le gusta recitar poesía. Su acólito Lampion (Marius Colucci, hijo de el comediante "Coluche") es un joven gay algo ingenuo (al actor le visten con bombachos y eso le hace parecerse un poco a Tin Tin).


 
Piloto Petits meurtres en famille (4 episodios)
Los primeros 4 episodios se sitúan en 1939 y son una adaptación de “Hercule Poirot's Christmas” (en España “Navidades trágicas”). Como el detective no es Poirot y la acción no tiene lugar durante Navidad, el título francés se ha cambiado a “Petits meurtres en famille”. A mí es la que más me ha gustado porque tiene algo de “Gosford Park” algo de “Downton Abbey” e incluso un poco de “Lo que queda del día”. El nieto de Agatha Christie Matthew Pritchard ha dicho que esta adaptación es la mejor que ha visto nunca de la novela.
El título genérico de la serie es “Les petits meurtres d'Agatha Christie”, de alguno del resto de los episodios no puedo hablar tan bien, aunque están muy bien ambientados en los años 40 a los realizadores parece que se les ha ido la cabeza por momentos. Al intentar hacer humorísticas las historias (¡de nuevo ese humor francés!)y modernizarlas han caído en el exceso. Algunos sólo recomendables para incondicionales de Agatha Christie. Los episodios son los siguientes:
1 “Les meurtres ABC”. (El misterio de la guía de ferrocarriles). Denis Lavant conocido entre otras películas por “Los amantes de Pont Neuf” tiene un papel importante.

2 “Am stram gram”. (Inocencia trágica). Normalmente para modernizar las novelas en las nuevas versiones suelen cambiar la raza de algún personaje. En cambio en el capitulo «Asesinato en la calle Hickory» de la serie Poirot de David Suchet paradójica e incomprensiblemente eliminan a los personajes de otras razas. En este caso no ocurre ninguna de las dos cosas, una de las protagonistas en este episodio y también en la novela es de origen mestizo. La víctima en este caso era una mujer rica que adoptaba niños de ambientes desfavorecidos (como Angelina Jolie y otras famosas hacen en la actualidad, Agatha Christie lo veía venir todo). 

 
3 “La plume empoisonnée”. (El caso de los anónimos). Aquí se pasan tres pueblos y la Francia profunda aparece algo delirante y poco realista. Reitero que la transposición de las novelas rurales de Agatha Christie a los pueblos franceses no funciona. En cambio hay una versión bastante buena protagonizada por Joan Hickson como Miss Marple.
4 “La maison du péril” (Peligro inminente). Bastante pasable, me gusta la estética.
5 “Le chat et les souris” (Un gato en el palomar). Me ha gustado, pero es que me suelen gustar las historias situadas en el ámbito educativo.

6 “Je ne suis pas coupable” (Un triste cipres). El travestismo de Lampion me ha hecho gracia. Y es que esta novela de Christie siempre me ha parecido muy deprimente, así que he agradecido que la aligerasen.
7 “Cinq petits cochons” (Cinco cerditos) y 8 “Le flux et le reflux” (Pleamares de la vida). Son adaptaciones bastante decentes, aunque innecesarias para el que haya visto la serie de David Suchet.
 9 “Un cadavre sur l'oreiller” (Un cadáver en la biblioteca), 10 « Un meurtre en sommeil »(Un crimen dormido) y 11 “Le couteau sur la nuque” (La muerte de Lord Edgware). Totalmente prescindibles, mejor ver los dos primeros en la serie de Joan Hickson y y el último en la de David Suchet.
Al parecer no va a haber más porque el actor principal ha decidido abandonar la serie. Van a seguir con un nuevo dúo protagonista, esta vez una mujer y un hombre.

El manantial





“Ayn Rand, (…) filósofa y escritora estadounidense de origen ruso, ampliamente conocida por haber escrito los bestsellers El manantial y La rebelión de Atlas, y por haber desarrollado un sistema filosófico al que denominó «objetivismo».
Rand defendía el egoísmo racional, el individualismo, y el capitalismo laissez faire, argumentando que es el único sistema económico que le permite al ser humano vivir como ser humano, es decir, haciendo uso de su facultad de razonar. En consecuencia, rechazaba absolutamente el socialismo, el altruismo y la religión.”

http://es.wikipedia.org/wiki/Ayn_Rand

"Gary Cooper es un arquitecto vanguardista en desigual lucha con el mundo. Su deseo de demostrar tanto su talento como el valor del individuo frente a la masa se mezcla con una tórrida y compleja historia de amor en este atípico melodrama, ejemplarmente rodado por Vidor con toda la pasión y el pulso narrativo que le caracterizan."
Daniel Andreas:  filmaffinity

http://www.filmaffinity.com/es/film508116.html

Tengo bastantes objeciones contra el ultra liberalismo en general y contra la novela “El manantial” de Ayn Rand en particular. Según esta ideología los que valen triunfan mientras que los que fracasan es porque son vagos e inútiles. No estoy de acuerdo porque el “éxito” también es en parte educación, suerte y conexiones. Y aun suponiendo que todo aquel que se hallase en la pobreza fuera por su culpa por su falta de trabajo y previsión no creo justo que los hijos paguen por los errores de sus padres.
Ayn Rand cuando decía estar en contra del altruismo quería decir el altruismo impuesto por el Estado via impuestos o redistribución de la riqueza. Por el contrario yo pienso que es importante que los hijos de las familias pobres dispongan por ej. de escuelas públicas de calidad y que los que poseen aptitudes tienen posibilidades de acceder a la universidad, sin que importe su carencia de recursos. El Estado (que según Ayn Rand tendría que reducirse al mínimo indispensable) para mí tiene responsabilidad en eso. Tristemente a menudo sólo en tiempos de crisis económica la gente se da cuenta de su propia vulnerabilidad y de que todos nos beneficiamos cuando la sociedad busca el bien común.
Rand en “El manantial” utiliza personajes como representación de sus ideas lo que les resta valor literario porque son monolíticos y sus discursos son artificiales. Un personaje real es complejo y en ocasiones contradictorio. El triunfo liberal viene representado por Gail Winand, magnate de la prensa que ha amasado una fortuna. Gail Winand no sólo se ha hecho rico, sino que desde niño ha dirigido el mismo su propia educación (casi como Frankenstein que aprendió a leer y a escribir solo). Winand no encarna sin embargo al héroe de Rand porque traiciona sus ideales para vender periódicos. Ellsworth Toohey es la encarnación del socialismo. Es un manipulador que debido a su propia mediocridad y movido por la envidia pretende acabar con el talento del resto y promover el altruismo como ideal social. Finalmente Peter Keating es el parásito que triunfa gracias a los demás.
En “El manantial” la ideología individualista se aplica a la arquitectura y peca de simplista. El mundo según Rand se dividiría en creadores (en la novela el genio creador por antonomasia sería Howard Rark) y hombres masa. Es obvio e irrefutable que algunas personas tienen más inteligencia, talento etc. que otras. Pero también existen miles de gradaciones entre creadores y masa. Por otra parte, la persona con talento o el genio no crea en un vacío, tiene que aprender de los que han realizado obras antes que él. La arquitectura tampoco es necesariamente una obra individual y se puede concebir como una obra en colaboración. Hoy en día en los estudios de arquitectura trabajan varios arquitectos en el mismo proyecto. Estos proyectos no tienen por qué ser peores que los de un arquitecto en solitario como asegura Rand. Tampoco existe el cine individualista.
La película que en 1949 realizó King Vidor al diluir la ideología de Rand rescata las ideas valiosas que puede tener la novela. Este mensaje positivo sería que aunque la presión colectiva empuje al conformismo los individuos pueden y deben mantener su integridad. Algunas veces una postura individual puede hacer una gran diferencia.

Leer en el metro












Empezando por arriba:
1 La tormenta de hielo, Rick Moody
2 Juego de tronos, George R. R. Martin.
3 Historia de dos ciudades, Charles Dickens.
4 Mary Poppins, Pamela Travers.
5 No me acuerdo, pero parece que le está gustando.
6 Wise Blood, Flannery O´Connor
7 La Iliada, Homero
8 La genealogía de la moral, Friedrich Nietzsche
9 Mi familia y otros animales, Gerald Durrell del resto no me acuerdo
10 Lo que lee la niña se ve y la chica que está a su lado lee Lolita de Nobokov. 

 
He descubierto una página en la que aparece gente leyendo en el metro de Nueva York de la que he sacado las fotos.


Me ha llamado la atención porque voy bastante en metro y también me gusta leer de vez en cuando. Aunque yo rara vez leo en el metro, como mucho si me acabo de comprar un libro y tiene fotos las miro. Una vez me puse a leer en el autobús y se me paso la parada. Estoy acostumbrada a darle a la lectura su propio protagonismo, su espacio y su tiempo.
Me gustan las fotos por el color local que da la ropa, peinados etc. Me sorprende ver a gente leyendo a la vez que escucha música con los cascos. ¿Se podrán concentrar?
Lo más interesante me parece que es ver lo que leen. En Madrid la gente suele leer los periódicos gratuitos y novelas de moda (a menudo de templarios), aunque a veces sorprenden. Al parecer la gente que lee en el metro de Nueva York tiene un gusto bastante ecléctico y leen ensayo además de novelas de género muy variado.

El triángulo (2): El jardín de los Finzi-Contini y Was nützt die Liebe in Gedanken







Versión italiana. El jardín de los Finzi-Contini, Giorgio Bassani
Es una novela de Giorgio Bassani que fue llevada al cine por Vittorio de Sica y en la que los hermanos eran interpretados por Helmut Berger y Dominique Sanda.
Los Finzi-Contini de origen judío son una familia de gran fortuna perteneciente a la alta burguesía de Ferrara. El narrador también es judío pero pertenece a la clase media y cuenta su historia de amor no correspondido hacia Mìcol la hija de los Finzi-Contini. Es una historia nostálgica y sin mucha tensión puesto que Bassani ya en el prólogo cuenta el final de Micol y su hermano Alberto. Con el trasfondo histórico del creciente poder fascista en Italia se describe la incapacidad para aceptar la realidad de la familia Finzi-Contini que debido a su riqueza se cree invulnerable.
Micol es amante de la literatura y quiere escribir su tesis doctoral sobre Emily Dickinson.  Su actitud hacia el narrador es invitadora primero, pero más adelante comienza a evitarle. Alberto es un esteta que siente lo que podría ser más que admiración hacia su amigo el comunista Giampiero Malnate.

Versión alemana Was nützt die Liebe in Gedanken (2004)
El titulo traducido significa literalmente “¿De qué sirve el amor en pensamientos?” y es también conocida por su título en inglés “Love in Thoughts”. Dirigida por Achim von Borries está basada en un caso judicial real que tuvo lugar en 1927 en el que se ha inspirado más de un libro. El propio protagonista de la historia Paul Krantz -después de ser absuelto de los cargos- se convirtió en escritor y contó parte de la historia en “Die Mietkaserne”. Debido a la notoriedad del caso adopto el pseudónimo de Ernst Erich Noth. El libro fue quemado y prohibido en 1932 durante el régimen nazi.
Paul Krantz es un estudiante brillante de origen humilde que se beneficia de una beca y acude al mismo colegio que su amigo Günter Scheller que proviene de una familia acomodada. Günter admira el talento literario de Paul y le considera prácticamente un genio.
Todo comienza en la casa de campo de los padres de Günther que se han marchado de viaje. Paul está enamorado de Hilde la hermana de Günter que parece también interesada en él. Hilde es aficionada a la literatura y eso la acerca a Paul, pero su concepción del amor no es exclusiva y piensa que puede sentir atracción por más de un chico a la vez por razones diferentes en cada caso. En realidad Hilde ama a Hans un joven cocinero que fue amante de Günter. A su vez Günter no puede olvidar a Hans y no soporta que él se relacione con Hilde.
Contrariados por estos sentimientos no correspondidos Paul y Günter crean un Club del Suicidio. Las reglas son: el amor es la única razón por la que vivir, si no encuentran el amor morirán y también aquellos que les han traicionado. Estas premisas unidas a una pistola serán los ingredientes que llevaran a la tragedia.
La película está protagonizada por dos de los actores más conocidos en Alemania que también han coincidido en “Malditos bastados” de Tarantino, Daniel Brühl y August Diehl. El actor que interpreta a Hans me parece un error de casting porque no puedo entender la atracción que Hilde y Günter sienten por él.

La primera foto es de "El jardín de los Finzi-Contini" y el resto de "Was nützt die Liebe in Gedanken".

Otra interesante entrada sobre la película en:

http://historias-troyanas.blogspot.com.es/2012/07/love-in-thoughts-laberinto-de-sexo-y.html

Del asesinato considerado como una de las Bellas Artes



"Cuando un asesinato está en el tiempo paulo-post-futurum-, esto es, cuando no se ha cometido, ni siquiera, de acuerdo con el purismo moderno, se está cometiendo, sino que va a cometerse -y llega a nuestros oídos, hemos de tratarlo moralmente por todos los medios. Supongamos en cambio que ya se ha cometido y que podemos decir de él: “tetelestai”, está terminado o (con el dimantino verso de Medea) “eirgastai”, hecho está, es un fait accompli; supongamos, a continuación, que la pobre víctima ha dejado de sufrir, y que el miserable que le ha dado muerte se ha esfumado y que nadie conoce su paradero; supongamos, finalmente, que hemos hecho cuanto estaba a nuestro alcance al estirar las piernas y correr tras el fugitivo, aunque sin éxito -abii, evasit, excessit, erupit, etc.-llegados a este punto, ¿de qué sirve la virtud? Bastante atención le hemos dedicado ya a la moral; le ha llegado el turno al gusto a las bellas artes.
(...)
No me hable nunca de una determinada obra de arte que esté meditando: me opongo a ello in toto. Si uno empieza por permitirse un asesinato, pronto no le da importancia a robar, del robo pasa a la bebida y a la inobservancia del día del Señor, y se acaba por faltar a la buena educación y por dejar las cosas para el día siguiente."

Del asesinato considerado como una de las Bellas Artes, Thomas De Quincey

"Del asesinato considerado como una de las Bellas Artes" es un ensayo de Thomas De Quincey, más conocido por sus “Confesiones de un inglés comedor de opio”. Aparecido en 1827 es un ensayo ficticio dirigido a un club de caballeros. Trata de la apreciación estética del asesinato y después de repasar su historia se centra en una serie de crimenes cometidos en 1811 por John Williams. Por cierto, la autoría de Williams es puesta en cuestión por la escritora P.D. James que escribió junto T. A Critchley “La octava víctima” en la que ofrece una explicación alternativa a los asesinatos.

Citas del mes de abril





«Hijo de mi vida, ¿has encontrado alguna quimera? El marinero que me mandaste me ha dicho que eras imprudente. Eso me ha tranquilizado. Sé siempre muy imprudente, pequeño mío, es la única manera de disfrutar un poco de la vida en esta época prosaica.
(…)
Tengo miedo de que no cometas locuras. Eso no te privará de la gravedad, ni de la melancolía, ni de la soledad: las tres golosinas de tu carácter. Puedes ser grave y loco, ¿qué lo impide? Puedes ser todo lo que quieras y loco por añadidura, pero hay que ser loco, hijo mío. Observa a tu alrededor un mundo en el que crecen sin cesar las gentes que se toman a sí mismas en serio. Además de cubrirse de un ridículo irremediable ante espíritus como el mío, hacen que su vida adolezca de un peligroso restriñimiento. Son exactamente como si, a la vez, se hartaran de mondongo, que laxa, y de nísperos del Japón, que restriñen. No he encontrado imagen mejor que ésa.
(…)
Mi madre no hace nada sin poner en ello el alma. Es la Primavera. Tiene constantemente su dedo debajo de mi nariz para obligarme a levantar la cabeza y tener la vista alta.

El húsar en el tejado, Jean Giono




Etapas

Como cada flor marchita,
Y toda juventud con la edad decae,
Así florece cada etapa de la vida,
Florece cada sabiduría y cada virtud a su tiempo,
Y no puede durar eternamente.
El corazón debe estar, a cada llamada de la vida,
Presto a la despedida y los nuevos comienzos,
Para con valentía y sin remordimientos,
Entrar en nuevas ligazones.
Cada comienzo está lleno de una magia
Que nos protege y nos ayuda a vivir

Hemos de atravesar alegres espacio tras espacio,
No depender de hogar alguno,
El espíritu cósmico no quiere encadenarnos,
Quiere elevarnos etapa tras etapa,
Ampliarnos.
Apenas nos aclimatamos a un círculo de vida,
Cuando el hábito familiar hace la indolencia,
Sólo alguien que esté preparado para salir y viajar,
Puede escapar del hábito paralizante.

Quizá también la hora de la muerte
Nos envíe a espacios nuevos,
Nunca tendrá fin en nosotros la llamada de la vida...
¡Bien, pues, corazón, despiértate y sana!

Hermann Hesse


Este último mes me he encontrado con varias películas en las que madres tienen gran influencia sobre sus hijos varones. En “El húsar en el tejado” es una influencia bien patente aunque la cita es de la novela, no de la película. En “Drei” lo es menos, pero Tom Tykwer hace un homenaje al Vittorio de Sica de “Milagro en Milán” y la madre de Simon aparece transfigurada en ángel y recita su poema favorito de Hermann Hesse. Casualmente también he visto “Savage Grace” con Julianne Moore donde la influencia materna es mucho más negativa. Un poco a lo Hitchcock en “Psicosis”.

La pereza



El alma adora nadar.
Para nadar es preciso extenderse sobre el vientre. El alma se disloca y huye. Huye nadando. (Si vuestra alma huye cuando os encontráis de pie, o sentados, o con las rodillas o los codos doblados, para cada posición corporal diferente el alma partirá con un modo de andar y una forma también diferentes; esto lo estableceré más tarde).
Se habla a menudo de volar. No es eso. Lo que hace el alma es nadar. Nada como las serpientes y las anguilas; nunca de otro modo.
Numerosas personas tienen así un alma que adora nadar. Se las denomina vulgarmente perezosas. Cuando el alma a través del vientre abandona el cuerpo para nadar, se produce una liberación tal de no sé qué; es como un abandono, como un goce, como una relajación tan íntima…
El alma va a nadar en la caja de la escalera o en la calle, según la timidez o la audacia del hombre, pues siempre guarda un hilo entre ella y él, y si este hilo se rompiese (es a menudo muy delgado aunque se precisaría una fuerza espantosa para romperlo) sería terrible para ambos (tanto para ella como para él).
Cuando se encuentra pues el alma nadando a lo lejos, gracias a este simple hilo que liga al hombre con el alma, se derraman volúmenes y volúmenes de una especie de materia espiritual, como el barro, como el mercurio o como el gas -goce sin fin.
Por eso el perezoso vuélvese cerril. No cambiará nunca. Por eso es también que la pereza es la madre de todos los vicios. ¿Hay acaso algo más egoísta que la pereza?
La pereza tiene también fundamentos que el orgullo no posee.
Pero siempre la gente se encarniza con los perezosos.
Cuando están recostados los golpean, les echan agua fría sobre la cabeza; no les queda otra cosa que apresurarse a hacer regresar su alma. Os miran entonces con esa mirada de odio tan conocida y que observamos particularmente en los niños...

Henri Michaux