Búscame.

Búscame cuando quieras, cuando notes que me echas de menos, cuando te mueras de ganas de tenerme. Búscame cuando no tengas a nadie que te diga que te quiere. Búscame cuando eches en falta las risas, las caricias que erizan la piel, las conversaciones sin rumbo, los abrazos en los malos momentos y las locuras. Búscame cuando necesites alguien que te sorprenda, cuando te des cuenta que nadie tiene esos detalles. Búscame cuando necesites que te digan lo especial que eres, lo bonita que es tu sonrisa, lo bien que lo haces y lo guapo que estas cuando te concentras.
Búscame cuando mires el móvil esperando una llamada que ya no llega , cuando salgas y sin darte cuenta me busques con la mirada entre la gente, cuando inesperadamente alguien te toque la espalda y al girarte esperes que sea yo. Búscame cuando necesites colillas para encender lo que se ha apagado, cuando mis ojos ya no te pidan guerra, cuando las discusiones sean aburridas y los días rutinarios. Búscame cuando las canciones carezcan de significado. Búscame cuando recuerdes los buenos momentos y te arrepientas de no tenerlos ahora. Búscame cuando tú ego necesite que le supliquen desesperadamente cariño pero sobre todo cuando quieras suplicarlo tú.

Don't forget him.

Cuando me preguntan por ti les cuento que no sé nada. Que formas parte de mi cajón de cosas olvidadas. Y entonces me recuerdan que nos podíamos pasar horas al teléfono sin decirnos nada. Sonreiré y les reproduciré alguna de tus imitaciones y no podré evitar reirme y reirme hasta que sienta que se me acaba el aire y piense que me voy a morir de risa como aquella vez frente a ti. Cuando me mirabas de esa manera intensa, orgulloso de parecerme tan divertido. Y entonces recordaré lo que pasaba después, pero me lo guardaré para mí y lo único que podrán ver será el brillo en los ojos. Entonces me mirarán con preocupación y murmurarán esa frase que tan cansada estoy ya de escuchar: “no lo has olvidado” ♥

Adiós

Este adiós, no maquilla un "hasta luego",
este nunca, no esconde un "ojalá",
estas cenizas, no juegan con fuego,
este ciego, no mira para atrás. 
Este pez ya no muere por tu boca, 
Estos ojos ya no lloran por ti.

Nos sobran los motivos
Joaquín Sabina

Películas filosóficas (1): Mi cena con André




“Mi cena con André” de Louis Malle me parece la película de ideas por excelencia y fue reconocida en su día por su concepción novedosa. A excepción de un preámbulo y un prólogo el resto del tiempo se dedica íntegramente a una conversación durante una cena en un restaurante. Los dos únicos protagonistas son versiones ficcionalizadas de Wallace Shawn (Wally en la película)y André Gregrory que además de actores son escritores y directores de teatro (otra película en la que participan ambos es “Vania en la calle 42”). Escribieron el guión basándose en múltiples conversaciones entre ellos grabadas en cintas. Aunque hay elementos autobiográficos de Shawn y Gregory, sus rasgos personales han sido modificados y exagerados. La historia comienza cuando Wally (que está pasando apuros económicos mientras intenta abrirse paso en el mundo teatral) queda para cenar con el que fuera en tiempos su mejor amigo, André. Wally acude a la cita con cierta reticencia porque le han comentado que André no es el que solía ser y está sufriendo algún tipo de crisis de identidad.

Wallace Shawn es hijo del que fue durante muchos años editor de la prestigiosa revista “The New Yorker”, William Shawn. “Crecí en el Upper East Side. Cuando tenía diez años era rico, un aristócrata. Todo el día en taxi, rodeado de comodidades... y sólo pensaba en el arte y en la música. Ahora tengo 36 años...y sólo pienso en el dinero”. Estas líneas podrían muy bien estar basadas en su propia experiencia, pero según ha confesado a Noah Baumbach su propósito al escribir el guión era destruir al tipo que interpretaba, matar esa parte de sí mismo que estaba motivada por el miedo. Lo que sí comparte Wallace con el personaje de ficción es el escepticismo en cuanto a las experiencias sobrenaturales.

La conversación comienza con la narración por parte de André Gregory de diversas experiencias teatrales y místicas. Esta parte es verídica, porque en un momento dado de su vida Gregory abandonó el teatro y comenzó a viajar y a realizar experimentos “New Age”. La primera vez que vi "Mi cena con André" el personaje de André me resultó irritante y terriblemente pretencioso. Aunque me parece un buen narrador de historias después de media hora puede comenzar a ser pesado.Alguna de las historias (que transcurren en diversos países) son muy curiosas, otras me hicieron entornar los ojos. Ahora las veo con más tolerancia porque, después de todo, los dos personajes están buscando dar un sentido a su vida. André busca este sentido en lo extraordinario, en la búsqueda del conocimiento y de nuevas revelaciones. Y hay que reconocerle el valor y la energía para alejarse de la comodidad y entregarse a la aventura.

Sin embargo, la parte que considero más interesante es la segunda cuando Wally comienza a intervenir más en la conversación. A partir de este punto y con el intercambio de experiencias comienzan a tratarse muy diversos temas.  ¿Cuándo miramos a los demás nos quedamos en lo superficial? ¿La vida es un teatro en el que todos estamos representando un papel? ¿Por qué tienen éxito los libros de autoayuda’ ¿Nos refugiamos en un mundo onírico para no tener que enfrentarnos a la realidad de nuestra desorientación? ¿Estás viviendo de verdad si vives en la rutina? ¿Te separan las comodidades de la vida real? ¿Cómo afectan los prejuicios en tu interacción social? ¿Puede el teatro despertar al público insensibilizado por todo lo que ve diariamente? Wally comienza a discutir las ideas de André, piensa que no es necesario viajar al otro lado del mundo o vivir experiencias extremas para percibir la realidad en toda su intensidad. En Nueva York puedes hacerlo también, lo real es real en Nueva York y en el Monte Everest.

La visión de la humanidad que tiene André es muy negativa y las soluciones que propone muy utópicas y extremas. La respuesta de Wally es que intenta enfrentarse con los problemas más prosaicos y disfrutar de los pequeños placeres a su alcance. Y así sigue cuestionando todo lo que le ha contado Andre durante la cena. Se discuten las creencias irracionales frente al pensamiento científico y los excesos hacia un extremo y hacia el otro, el matrimonio… Para concluir la película con la frase “Cuando por fin llegué, Debby ya había llegado de trabajar. Le conté toda mi cena con André.”

Guerra y paz







“Créeme, amigo mío -decía él-, en el mundo hay cuatro tipos de personas: unos no aman ni odian a nadie, esos son los más felices de todos. Otros, que odian a todos, son Kartushi, malvados. Los terceros que aman aquello que tienen ante los ojos y lo demás les es indiferente son tantos que si los cuelgas de las farolas de aquí a Moscú, no va a haber suficientes postes para colgarlos a todos, son todos estúpidos, y luego hay otros como yo. Yo cuando quiero a alguien le quiero de tal modo que daría la vida por él y al resto los aplastaría a todos, si se cruzan en mi camino o en el camino de la gente que quiero. Tengo una madre a la que adoro, inestimable, mis hermanas, dos o tres amigos entre los que te cuento, y al resto los odio a todos, les haría puré para que a mis elegidos les vaya bien.”

Guerra y paz, Lev Tolstoi (edición de 1866)