Los hipócritas de Oxford

"La verdad os hará libres, pero también os hará… profundamente antipáticos”. Así rezaba el lema de un club secreto que funcionaba en la Universidad de Oxford hace medio siglo. Sus miembros, que se hacían llamar Los Grandes Hipócritas, defendían este rasgo el carácter humano como una virtud máxima..Naturalmente cabe pensar que tal idea era solo producto de la excentricidad habitual entre estudiantes elitistas, pero lo cierto es que se tomaron la molestia de escribir toda una panegírico de la hipocresía social a la que consideraban como expresión del más alto sofisticamiento y buena educación. Un rasgo que le impedía que las personas fueran por ahí expresando sus más intimas (y casi siempre desagradables) opiniones sobre el prójimo. Ellos opinaban que la hipocresía social era un factor que mas diferenciaba al hombre de las bestias y por tanto, un producto de su mejor inteligencia” (...)Carmen Posadashttp://www.carmenposadas.net/articulos-ficha.php?articulo=18

Los estetas de Oxford
Evelyn Waugh (1903-1966) fue miembro del Club de los Hipócritas junto con Harold Acton, Hugh Lygon y Brian Howard. El ambiente de Cambridge (el grupo de Bloomsbury y los Apóstoles) era más izquierdista que el de Oxford. Waugh estuvo influido por los estetas del club de los Hipócritas que pese a us espíritu innovador en cuanto a las artes, nunca fueron políticamente críticos. Adam Carr asegura que si Waugh hubiera estudiado en Cambridge en lugar de en Oxford hubiera sido un escritor diferente y no nos hubiera dado Brideshead.
Waugh fue el autor de su generación que mejor supo reflejar el ambiente de Oxford de los años 20 en Brideshead Revisited. Muchos de los personajes que aparecen en la novela fueron inspirados por amigos suyos, Lord Sebastian Flyte esta basado principalmente en Alastair Graham (1904-1985), aunque el entorno aristócratico, la casa y las circunstancias familiares corresponden a Hugh Lygon (1904-1936). Lygon era uno de los dos estudiantes de Oxford que llevaba un oso de peluche igual que Sebastian, el poeta John Betjeman (1906-1984) era el otro. Lygon murío prematuramente en un accidente de coche en Alemania.
Evelyn Waugh niega que el personaje de Anthony Blanche este basado en Harold Acton (1904-1994), aunque existen similitudes entre ellos como la educación en un entorno cosmopolita y una forma particular de hablar. También Blanche recita “La tierra baldía” de T. S. Eliot con un megáfono desde un balcón de Oxford igual que hizo Acton en su día.
Waugh escribiría en su autobiografia que Acton era “Delgado, de aspecto levemente oriental, hablaba arrastrando las vocales con una resonancia y un vocabulario peculiares derivados a partes iguales de Nápoles, Chicago y Eton; se propuso llevar a cabo la demolición en toda regla de los estetas de estilo tradicional, que aún sobrevivían aquí y allá, en el crepúsculo de fin de siglo, así como llevarse por delante a los sencillos amantes de la naturaleza, los cantantes de canciones tradicionales, los excursionistas y los tediosos sucesores de los poetas “georgianos”. (...) Harold trajo consigo el aire de los conocedores de Florencia y los innovadores de París, de Berenson y Gertrude Stein, de Magnasco y T.S. Eliot; sobre todo, trajo el aire de los tes Sitwell, objetos primeros de su admiración y de su aprecio personal.”Evelyn Waugh sostenía que el modelo de Blanche era Brian Howard, amigo de Acton en Eton y Oxford. Nacido en Inglaterra de padres americanos Brian Howard (1905-1958) destaco desde su época de estudiante en Eton, pero su carrera literaria no llego a despegar debido a las drogas y el alcoholismo. Howard como su amigo Acton era homosexual y tuvo un amante alemán con el nombre de Toni (nombre que Waugh le dio también al compañero alemán de Sebastian Flyte en “Brideshead Revisited”). Termino suicidandose tras la muerte accidental de su amante.
Waugh diría de él que “A los diecinueve años poseía arrojo e insolencia, y era vistoso, además de tener un verdadero don para las invectivas y la charla desenfadada, mucho más brillante que el de Robert. La suya era una suerte de ferocidad en la elegancia, más propia del romanticismo del siglo anterior que del nuestro. Estaba loco, era malo y peligroso de tratar.”