Voy a dar por concluida esta serie de entradas sobre películas de ideas con “Gattaca”. A diferencia de las películas que he tratado hasta ahora el contenido filosófico no se pone en boca de los personajes sino que se deduce de la propia trama. “Gattaca” está ambientada en un futuro en el que la mayoría de personas son fruto de la ingeniería genética (los niños son diseñados a la carta). Vincent (Ethan Hawke), uno de los pocos nacidos naturalmente sufre una enfermedad cardiaca y se le predicen 30 años de vida. Se le condena por tanto a los trabajos más bajos y desagradables, aunque él sueña con viajar al espacio. La ley está en contra esta forma de discriminación pero es fácilmente pasada por alto. Por fin un día Vincent decide escapar a su destino tomando una falsa identidad a través del ADN de Jerome (Jude Law), un atleta que quedó paralitico en un accidente. A cambio de dinero Jerome le presta a Vincent muestras de sangre, orina etc. para engañar al sistema.
Pensando en abstracto es un mundo perfecto en el que la enfermedad y la delincuencia se han reducido al mínimo. Sin embargo, este mundo ideal sobre el papel se torna inquietante por la falta de emociones. El hombre se ha convertido en una pequeña parte del engranaje de una gigantesca máquina. En la cuidada producción los aspectos estéticos acompañan al mensaje. Los espacios son de diseño moderno, frío, limpio y aséptico y las relaciones sociales entre las personas son distantes.
“Gattaca” plantea si el factor que determina el destino de la persona es su predisposición genética o la fuerza de su voluntad. La película se posiciona en contra del determinismo genético y a favor de la libertad de cada uno para crear su propio destino. Porque ¿No es acaso una de las particularidades más extraordinarias del ser humano la de poder cambiar? Y los diseñados para ser perfectos pueden carecer de motivación. En la película se ven varios ejemplos de resultados que desafían las expectativas. Vincent se supera a sí mismo a través de la perseverancia, la disciplina y el sacrificio. Jerome estaba diseñado para ganar una medalla de oro, pero sólo gana la de plata. Sin embargo, en otro momento de la película saca fuerzas para subir arrastrándose por la escalera (que por cierto tiene la forma helicoidal del ADN).
Los padres pueden elegir el sexo de sus hijos, altura, inmunidad frente a enfermedades e incluso cociente intelectual. De la película se pueden derivar muchas reflexiones en relación a la ingeniería genética. Las ventajas de los avances en la investigación en este campo son obvias, promete un futuro en el que será más fácil prevenir y tratar hasta las peores enfermedades. Por otra parte, la clonación o el diseño de los hijos a la carta (seleccionar determinadas características y rechazar otras) suelen provocar rechazo y recelo. Un temor sería la ventaja de acceso que tendrían a los nuevos avances aquellos que tuvieran más poder económico. La oposición también se debe al temor de condicionar a las personas y privarlas de su libre albedrio (aunque tampoco los niños nacidos naturalmente eligen ya que están a merced de la lotería genética).
La paternidad en este escenario se vuelve problemática, una de las partes más tristes de la película es el rechazo de los padres ante su hijo “no diseñado”. Los padres se eligen entre sí, pero por el momento no eligen a sus hijos tienen que aceptar y adaptarse a lo inesperado. Si existen ya padres que con la finalidad de moldear a sus hijos les someten a presión en adición a clases extraescolares, profesores particulares etc. ¿Qué pasaría en un nuevo escenario similar al de "Gattaca"?