La ecología

RÉGIS: Pero si los ecologistas son reaccionarios, no son de izquierdas y nunca lo han sido.
BÉRÉNICE: ¿Usted cree?
RÉGIS: Sí.
BÉRÉNICE: Yo también lo pienso. Los verdes le devorarán.
JULIEN: No.
BÉRÉNICE: Es verdad, los ecologistas son los aliados objetivos del Frente Nacional. Ciertamente no de él.
JULIEN: Lo que dices es completamente absurdo. Durante las elecciones los verdes fueron a verme y me dijeron: lo que ha hecho aquí es lo que promovemos, pero no sólo en el plano ecológico, sino en el plano social. Ellos aún van más lejos que yo.
(…)
RÉGIS: En general la ecología política es peligrosa… porque es conservadora y hasta reaccionaria. Para los verdes, el ideal es que el mundo no debería progresar, sino retroceder. Desde nuestros orígenes, seguimos un proceso evolutivo… que nadie debe parar. Es una verdad fundamental de la evolución, indiscutible. Todos deberían estar de acuerdo en eso.
JULIEN: ¿Y si esa evolución va por el mal camino?
RÉGIS: ¿Cuál es el bueno y cuál el malo?
JULIEN: Si el planeta explotará o se volviera radioactivo, sería el malo.
RÉGIS: No hemos llegado a eso.
JULIEN: Podría pasar.
BÉRÉNICE: ¡Si debemos morir, muramos! Si la vida no avanza, no merece la pena vivirla. Me niego a vivir únicamente para organizar mi supervivencia ¡Qué horror! Si sobrevivir es la única opción ¡viva el suicidio! El suicidio puede ser hermoso pero la supervivencia es degradante, lamentable. Pero de todas maneras no creo a esos profetas agoreros. El hombre aún tiene futuro y el mundo vivirá, progresará, se desarrollará por el buen camino. Los seres vivos siempre se han adaptado al entorno. El hombre se adaptará al gas carbónico y a las radiaciones como los peces se adaptan al agua.
BLANDINE: Tengo la impresión de que confunde dos cosas. De una parte, la evolución natural del universo… y de otra parte los daños causados por el hombre que introduce un parámetro nuevo, su voluntad esencialmente perversa.
BÉRÉNICE: Pero la ley natural cede ante la tecnología. Como remedio a la tecnología, se requieren más avances tecnológicos.
BLANDINE: Conozco esa formula pero no me convence. Es un poco simplista
BÉRÉNICE: Nada es simple, evidentemente. Los ecologistas sí nos confunden con su simplicidad. Todo el mundo sabe que un desastre natural es más contaminante… que uno causado por el hombre.
BLANDINE: ¡Sí, pero al menos la naturaleza puede activar sus defensas!
BÉRÉNICE: No siempre
BLANDINE: ¿Cómo que no?
BÉRÉNICE: No, antaño hubo erupciones volcánicas, terremotos, diluvios o caídas de aerolitos… cuyos efectos han sido más contaminantes… que, por ejemplo, Chernobil.
BLANDINE: El problema es que una vez más el hombre impide a la naturaleza usar sus defensas. Se arrasan los bosques.
BÉRÉNICE: Se reforestan. Hay más que nunca.
BLANDINE: En la Amazonía no.

El árbol, el alcalde y la mediateca, Eric Rohmer