Dandismo y heroísmo




ADRIEN: El trabajo es una huída, una buena conciencia que se compra.
SAM: Veo que Vd. Es la persona menos perezosa que conozco.
ADRIEN: Llevo más de 10 años sin vacaciones.
SAM: Claro, sus vacaciones son permanentes.
ADRIEN: No. Bueno, sí y no. No claramente.
SAM: Lo que más me divierte de Vd. Es que siempre quiere justificarse.
ADRIEN: No lo crea, yo no tengo mala conciencia.
SAM: Es un mentiroso. Tiene mala conciencia por no tener dinero.
ADRIEN: Escuche, Sam, habrá oído hablar de los Taraumara. Cuando los indios Taraumara bajan a las ciudades a mendigar, se ponen de perfil delante de las puertas, con un aire de desprecio soberano. Les des algo, o no, se retiran siempre al cabo de un rato sin decir gracias. Yo siempre mendigo de perfil. Y todos somos esclavos de alguien. Veo menos deshonroso vivir en casa de un amigo que recibir dinero del estado.
La mayoría de la gente hace un trabajo superfluo. Las tres cuartas partes de las actividades son parásitas. El parásito no soy yo, sino el burócrata, y el técnico.
SAM: Si yo midiera dos metros y tuviera un perfil de águila, también me sentiría más cerca de Dios. Es un nostálgico de los viejos tiempos. Yo estoy muy contento con el mundo moderno.
ADRIEN: Yo soy tan moderno como Vd. Pero en el futuro no contará el trabajo, sino la pereza. Todos dicen que el trabajo es un medio. Se habla de la civilización del ocio. Cuando llegue, ya no sabremos qué es el ocio. Algunos trabajan 40 años para luego descansar, y cuando llega el descanso no saben qué hacer y mueren. Sinceramente creo servir mejor a la humanidad así que trabajando. Es cierto, hay que tener el valor de no trabajar.
SAM: ¿Más que para ir a la luna?
ADRIEN: También se puede ir a la luna.
SAM: Es fascinante y despreciable. Si debo escuchar su monólogo esta noche, dormiré aquí en el sillón. Su actitud es la de un niño que se siente totalmente satisfecho con su vida mediocre. Váyase a la luna, Adrien, váyase a Júpiter también. Váyase ya, y cuando llegue allí, mándeme una tarjeta postal si tiene dinero para comprarla.

ADRIEN: Escuche, viejo malvado, siempre he lamentado no ser rico. Pero si fuera rico, Io que Vd. llama mi dandismo sería algo gratuito. Le faltaría todo el heroísmo. Y no concibo un dandy sin heroísmo.

La coleccionista, Eric Rohmer