La media naranja

Contaba Aristófanes que, en un principio, la raza humana era casi perfecta. Los seres eran esféricos como naranjas; tenían dos caras opuestas sobre una misma cabeza, cuatro brazos y cuatro piernas que utilizaban para desplazarse rodando. Estos seres podían ser de tres clases: uno, compuesto de hombre + hombre, otro de mujer + mujer y un tercero (el ‘andrógino’), de hombre + mujer.
Su vanidad les llevó a enfrentarse a los dioses creyéndose semejantes a ellos. Zeus los castigó partiéndolos por la mitad con el rayo; y mandó a Hermes que a cada uno le atara la carne sobrante en torno al ombligo. Ya repuestos, los seres andaban tristes buscando siempre a su otra mitad, y si alguna vez llegaban a encontrarse con ella, se enlazaban con sus brazos hasta dejarse morir de inanición.
Zeus, compadecido por la estirpe humana, ordenó a Hermes que les girase la cara hacia el mismo lado donde tenían el sexo: de este modo, cada vez que uno de estos seres encontrara a su otra mitad, de esa unión pudiera obtener placer y si además se trataba de un ser andrógino pudieran tener descendencia.
Desde entonces los seres humanos nos vemos condenados a buscar entre nuestros semejantes a nuestra media naranja con la que unirnos en abrazos que nos hagan más “completos”.



El hombre perfecto es aquel que estando en cualquier lugar del mundo, lo único que quiere es estar a tu lado, porque la vida es mejor así.
Yo no creo que existan los hombres perfectos. Ni tampoco mujeres perfectas. No hay personas perfectas en el mundo. Todos tenemos nuestros defectos y nuestras virtudes.
Si creo en el amor eterno, en que uno puede enamorarse de alguien para toda la vida. Ese amor eterno, es nuestra media naranja, nuestra otra mitad perdida por el mundo que vuelve hacia nosotros y que solo puede separarse de nuestro ser a causa de la muerte.

Pero no nos confundamos, esto de la "media naranja" es metafórico. Nosotros ya somos seres completos, capaces de vivir por nuestra cuenta.

"Nos hicieron creer que el “gran amor”, sólo sucede una vez, generalmente antes de los 30 años. No nos contaron que el amor no es accionado, ni llega en un momento determinado. Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja, y que la vida sólo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en nuestra vida merece cargar en las espaldas la responsabilidad de completar lo que nos falta. Las personas crecen a través de la gente. Si estamos en buena compañía es más agradable. Nos hicieron creer en una fórmula llamada "dos en uno": dos personas pensando igual, actuando igual...que era eso lo que funcionaba! No nos contaron que eso tiene un nombre: anulación. Que sólo siendo individuos con personalidad propia podremos tener una relación saludable. Nos hicieron creer que el casamiento es obligatorio y que los deseos fuera de término, deben ser reprimidos. Nos hicieron creer que los lindos y flacos son más amados. Nos hicieron creer que sólo hay una fórmula para ser feliz, la misma para todos, y los que escapan de ella están condenados a la marginalidad. No nos contaron que estas fórmulas son equivocadas, frustran a las personas, son alienantes, y que podemos intentar otras alternativas. Ah, tampoco nos dijeron que nadie nos iba a decir todo esto: cada uno lo va a tener que descubrir solito. Y entonces, cuando estés “enamorado de ti mismo" podrás ser feliz y te enamorarás de Alguien. Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor aunque la violencia se practica a plena luz del día."

John Lennon.