LA DIFERENCIA ESTÁ EN LOS DETALLES

El detalle merece una observación constante, y una profunda orientación hacia las personas. Hay que ser consciente para poder apreciar el detalle, y solamente puedes tener detalles cuando estás pensado en el otro. Cada persona tiene una percepción diferente de la realidad, con lo que hay que conocer al otro para poder gestionar el detalle.
Hace bastantes años, me llegó que la gente de planta del turno de tarde se quejaba por que las personas de oficina cuando bajaban a planta no saludaban. Después de pensar un poco, llegué a la conclusión de porqué podía ser, y tras preguntar a algunas personas, estaba en lo cierto. 
Algunas personas de oficina no eran conscientes de los cambios de turno, habían bajado por la mañana, y habían saludado a su paso. Pero, por la tarde, al volver a bajar, no saludaban. Lo hablamos y se solucionó.
Hace también algunos años, tuvimos que pedir a la gente de producción trabajar un 1 de mayo. Necesitabamos 4 personas, y nos costó mucho que 4 pudiesen/quisiesen venir. Ese día, compré cruasanes para todos, y me presenté en Hidro Rubber a las 9h00. Estoy convencido que todavía lo recuerdan. No sé si fue esa misma vez (creo que sí) que además de pagar lo que habíamos acordado, a la semana, bajé a planta a dar las gracias a cada una de las 4 personas junto con un vale para cenar para 2 personas en el restaurante Zalain de Bera.
Preguntar a un empleado cómo está un familiar suyo que está enfermo, o cómo está su hijo recién nacido, es una cuestión de detalle, y de consideración y preocupación por la otra persona.

Son los detalles lo que muchas veces hacen que una persona continúe en una organización o desee dejarla. La suma de detalles normalmente conectan con los valores del individuo, y en ocasiones con los de la organización.
La buena gestión es una continuada sucesión de detalles.