Robar

"La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente".

Francois Mauriac

Hey you

Hey you! Out there in the cold 
Getting lonely, getting old, can you feel me ?
Hey you! Standing in the aisles 
With itchy feet and fading smiles, can you feel me?
Hey you! Don't help them to bury the light 
Don't give in without a fight. 
Hey you! Out there on your own 
sitting naked by the phone, would you touch me?
Hey you! With your ear against the wall 
Waiting for someone to call out, would you touch me ?
Hey you! Would you help me to carry the stone?
Open your heart, I'm coming home 

But it was only a fantasy 
The wall was too high as you can see 
No matter how he tried he could not break free 
And the worms ate into his brain. 

Hey you! Out there on the road 
Doing what you're told, can you help me? 
Hey you! Out there beyond the wall 
Breaking bottles in the hall, can you help me? 
Hey you! Don't tell me there's no hope at all 
Together we stand, divided we fall.

- Pink Floyd -


La noche estrellada
Vincent Van Gogh.

El manantial





“Ayn Rand, (…) filósofa y escritora estadounidense de origen ruso, ampliamente conocida por haber escrito los bestsellers El manantial y La rebelión de Atlas, y por haber desarrollado un sistema filosófico al que denominó «objetivismo».
Rand defendía el egoísmo racional, el individualismo, y el capitalismo laissez faire, argumentando que es el único sistema económico que le permite al ser humano vivir como ser humano, es decir, haciendo uso de su facultad de razonar. En consecuencia, rechazaba absolutamente el socialismo, el altruismo y la religión.”

http://es.wikipedia.org/wiki/Ayn_Rand

"Gary Cooper es un arquitecto vanguardista en desigual lucha con el mundo. Su deseo de demostrar tanto su talento como el valor del individuo frente a la masa se mezcla con una tórrida y compleja historia de amor en este atípico melodrama, ejemplarmente rodado por Vidor con toda la pasión y el pulso narrativo que le caracterizan."
Daniel Andreas:  filmaffinity

http://www.filmaffinity.com/es/film508116.html

Tengo bastantes objeciones contra el ultra liberalismo en general y contra la novela “El manantial” de Ayn Rand en particular. Según esta ideología los que valen triunfan mientras que los que fracasan es porque son vagos e inútiles. No estoy de acuerdo porque el “éxito” también es en parte educación, suerte y conexiones. Y aun suponiendo que todo aquel que se hallase en la pobreza fuera por su culpa por su falta de trabajo y previsión no creo justo que los hijos paguen por los errores de sus padres.
Ayn Rand cuando decía estar en contra del altruismo quería decir el altruismo impuesto por el Estado via impuestos o redistribución de la riqueza. Por el contrario yo pienso que es importante que los hijos de las familias pobres dispongan por ej. de escuelas públicas de calidad y que los que poseen aptitudes tienen posibilidades de acceder a la universidad, sin que importe su carencia de recursos. El Estado (que según Ayn Rand tendría que reducirse al mínimo indispensable) para mí tiene responsabilidad en eso. Tristemente a menudo sólo en tiempos de crisis económica la gente se da cuenta de su propia vulnerabilidad y de que todos nos beneficiamos cuando la sociedad busca el bien común.
Rand en “El manantial” utiliza personajes como representación de sus ideas lo que les resta valor literario porque son monolíticos y sus discursos son artificiales. Un personaje real es complejo y en ocasiones contradictorio. El triunfo liberal viene representado por Gail Winand, magnate de la prensa que ha amasado una fortuna. Gail Winand no sólo se ha hecho rico, sino que desde niño ha dirigido el mismo su propia educación (casi como Frankenstein que aprendió a leer y a escribir solo). Winand no encarna sin embargo al héroe de Rand porque traiciona sus ideales para vender periódicos. Ellsworth Toohey es la encarnación del socialismo. Es un manipulador que debido a su propia mediocridad y movido por la envidia pretende acabar con el talento del resto y promover el altruismo como ideal social. Finalmente Peter Keating es el parásito que triunfa gracias a los demás.
En “El manantial” la ideología individualista se aplica a la arquitectura y peca de simplista. El mundo según Rand se dividiría en creadores (en la novela el genio creador por antonomasia sería Howard Rark) y hombres masa. Es obvio e irrefutable que algunas personas tienen más inteligencia, talento etc. que otras. Pero también existen miles de gradaciones entre creadores y masa. Por otra parte, la persona con talento o el genio no crea en un vacío, tiene que aprender de los que han realizado obras antes que él. La arquitectura tampoco es necesariamente una obra individual y se puede concebir como una obra en colaboración. Hoy en día en los estudios de arquitectura trabajan varios arquitectos en el mismo proyecto. Estos proyectos no tienen por qué ser peores que los de un arquitecto en solitario como asegura Rand. Tampoco existe el cine individualista.
La película que en 1949 realizó King Vidor al diluir la ideología de Rand rescata las ideas valiosas que puede tener la novela. Este mensaje positivo sería que aunque la presión colectiva empuje al conformismo los individuos pueden y deben mantener su integridad. Algunas veces una postura individual puede hacer una gran diferencia.

Waiting

I'm waiting
Somebody
Someone like you

I've been running around
I was looking down at all I see


Just don't leave… don't leave
And true love waits
in haunted attics
and true love lives
on lollipops and crisps

Just don't leave… don't leave

Buscándote

Creo que buscarte 
es menos digno que pensarte
más difícil que encontrarte 
y menos triste que olvidarte


Y no sé qué está pasando con vos,
simplemente pasa que tengo ganas de verte.

Lo mismo que aman

Sabato evoca a Borges

"Cuando todavía yo era un muchacho, versos suyos me ayudaron a descubrir melancólicas bellezas de Buenos Aires: en viejas calles de barrio, rejas y aljibes de antiguos patios (...). Más tarde, cuando lo conocí personalmente en Sur, supimos conversar sobre Platón o Heráclito de Efeso, con el pretexto de vicisitudes porteñas. Años más tarde, ásperamente, la política nos separó. Porque así como Aristóteles dijo que las cosas se diferencian en lo que se parecen, en ocasiones los seres humanos llegan a separarse por lo mismo que aman." 

(Artículo firmado por Ernesto Sabato y publicado en el diario Clarín en 1996).

La de la mala suerte

Abriste una ventana despertando una ilusión, 
cegando por completo mi razón. 
Mantuve la esperanza conociendo tu interior, 
sintiendo tan ajeno tu calor. 
Probé de la manzana por amor.

Quiero ya no amarte y enterrar este dolor, 
quiero que mi corazón te olvide,
quiero ser como tú, quiero ser yo la fuerte.
Sólo te he pedido a cambio tu sinceridad.
Quiero que el amor al fin conteste,
¿Por qué siempre soy yo la de la mala suerte?

Vienes, me acaricias y te marchas con el sol,
me duele solo ser tu diversión, no.
Dices que me amas, que no hay nadie como yo,
que soy la dueña de tu corazón,
pero alguien más está en tu habitación.

No, no pasa nada si el amor no es perfecto
siempre y cuando sea honesto.
Y no, ya para que pedir perdón, no es correcto,
no puedo compartir lo que no se me dio.
No soy la dueña de tu corazón,
yo soy quien sobra en esta habitación, no.

- Jesse y Joy - 


¿Por qué siempre soy yo la de la mala suerte?

Muchas cosas

Hay muchas cosas que me hacen pensar en ti,
las estrellas hermosas que se te parecen,
problemas con mis viejos, y esta edad sin paz,
mi sed de besos, y esta soledad...

Esa que me hace pensar en vos,
esa que me hace gritarle a Dios,
esa que me hace rogar en esta terraza:
¡Que vuelvas a casa!

Hay muchas cosas que me hacen pensar en ti,
el brillo de tus ojos en mi sueños,
las ganas de ser de tu corazón, el único dueño,
y esa alegría que cuando te fuiste, perdí...

La que me viene cuando me abrazas,
la que en mi alma hiciste florecer,
la que me viene solo cuando estás
y no quiero perder.

Alguna cosa hace que termine mi canción,
y alguna otra dice que será inmortal.
Tan terriblemente y locamente inmortal
como el amor inmenso que siento con vos.

Que a mi trajiste por primera vez,
aquel que nunca, nunca cambiará.
Aquel que por ser la mujer a quien deseo,
no terminará jamás...

Y no terminará jamás...
y no terminará jamás...
y no terminará jamás...

- Las Pastillas del Abuelo - 



Visitas a Karen Blixen










Cuando Isak Dinesen expresó su deseo de conocer a Marilyn Monroe, la novelista Carson McCullers pudo arreglar un encuentro, y, en un famoso almuerzo, las tres mujeres mencionadas compartieron la mesa con Arthur Miller, el marido por antonomasia, quien, sorprendido por las costumbres de la Baronesa, le preguntó qué médico le había impuesto semejante régimen de ostras y champagne. Cuentan que la mirada de desprecio de Isak Dinesen no se había visto nunca en aquel país: "¿Médico?", dijo. "Los médicos están horrorizados, pero a mí me encanta el champagne y me encantan las ostras y me sientan bien." Miller aún se atrevió a decir algo sobre las proteínas, y al parecer la nueva mirada de desprecio es seguro que no volverá a verse en suelo americano: "No sé nada de eso", fue la respuesta, "pero soy vieja y como lo que quiero". Con Marilyn Monroe la Baronesa se llevó mucho mejor.

Vidas escritas, Javier Marías

La baronesa, que pesa como una pluma y es tan frágil como un puñado de conchas, recibe a sus visitantes en un salón amplio y resplandeciente, salpicado de perros dormidos y calentado por una chimenea y una estufa de porcelana; en el salón, como una creación imponente surgida de sus propios cuentos góticos, está sentada ella, cubierta de peludas pieles de lobo y tweeds británicos, con botas de piel, medias de lana en sus piernas, delgadas como los muslos de un hortelano, y frágiles bufandas de color lila rodeando su redondo cuello, que un anillo sería capaz de abarcar. El tiempo ha refinado esta leyenda que ha vivido las aventuras de un hombre con nervios de acero: ha matado leones que embestían y búfalos enfurecidos, ha trabajado en una granja africana, ha sobrevolado el Kilimanjaro en los primeros aviones, tan peligrosos, ha curado a los masai. El tiempo la ha reducido a una esencia, igual que una uva se convierte en pasa o una rosa en perfume. Inmediatamente, aun en el caso de que uno no conozca su pasado, se da cuenta de que es la vraie chose, todo un personaje. Un rostro tan facetado, cuyos prismas desprenden un orgulloso centelleo de inteligencia y educada compasión, es decir, de sabiduría, no puede ser una ocurrencia accidental. Tampoco esos ojos, con khol en los párpados profundos, como animales de terciopelo acurrucados en una cueva, son posesión de mujeres comunes.
A los visitantes a quienes invita a tomar el té, la baronesa les sirve una merienda muy completa: primero jerez, y después tostadas, mermeladas surtidas, paté, hígado a la parrilla, crêpes con gusto a naranja. Pero la anfitriona no comparte la comida, no está bien; no come nada, nada en absoluto, oh, tal vez una ostra, una fresa, una copa de champán. En lugar de comer, habla, y como todas las artistas, y por cierto todas las antiguas beldades, es lo suficientemente egocéntrica para disfrutar de sí misma como tema de conversación.
Sus labios, con un leve toque de pintura, se tuercen en una sonrisa oblicua de contorno más bien paralítico, y en un inglés rico en inflexiones británicas, dice: “Ah, sí, esta posada podría contar una infinidad de historias. (…)”

Retratos, Truman Capote

Nos instalamos en el Angleterre Hotel, que parecía Versalles después de doce días en sombríos hoteles rusos, y decidimos concertar una visita con uno de sus ídolos literarios, y mío también, Isak Dinesen. Él la había visitado una vez antes en Rungstedlund, su casa en el campo; aparentemente había sido un gran éxito, porque ella ahora estaba feliz de invitarle a tomar el té.
Su casa en el Mar Báltico era preciosa y sencilla, situada en un espacio abierto de tierra. Una dama nos recibió, y allí, sentada como un anciano Mandarín, estaba la Baronesa, diminuta, de huesos frágiles, y extremadamente delicada. Su rostro era esquelético; la vida estaba enteramente en sus ojos, que eran dos dardos de fuego negro. Te taladraban, casi desprovistos de pupilas o expresión.
Me senté en fascinado silencio, tan sólo escuchando a Truman y a la Baronesa. En un momento dado, cuando discutían el trabajo de un escritor en particular, ella dijo, “hay sólo tres elementos sobre los que escribir –aire, fuego y agua- y ese texto [cualquiera que fuese] no tiene bastante aire, bastante espacio, bastante cielo. No creo que sea realmente tan bueno, ¿y Ud. Mr. Capote?”
Cuando Truman y yo estábamos marchándonos la Baronesa Blixen preguntó si había algo que ella pudiera hacer para aumentar mi disfrute de su país. “Esto sonará muy, muy trillado y muy americano,” dije, “pero lo que me gustaría tener más que ninguna otra cosa es una copia de Out of Africa, con una dedicatoria.”
Al día siguiente, recibí una copia dedicada “A Nancy Hawks, en memoria de su visita a Rungstedlund, Mis mejores deseos, Karen Blixen.” El nombre era incorrecto, pero no importaba, yo estaba encantada igualmente. Un día después, recibí una segunda copia. Esta vez escribió, «A Nancy Hayward, en memoria de su visita a Rungstedlund, “aquel que no comete errores, raramente hace nada.”» La delicadeza y atención al detalle de sus modales me impresionaron casi tan profundamente como su escritura.

Slim: Memories of a Rich and Imperfect Life, Slim Keith with Annette Tapert
(Traducción hecha por mí)


Durante su visita a EEUU Dinesen contó a sus anfitriones que los cuatro americanos que más deseaba conocer eran Ernest Hemingway, E.E. Cummings, Carson McCullers y Marilyn Monroe.  Hemingway estaba fuera del país, pero se consiguió arreglar que Cummings la escoltase a una cena en la que ella era huésped de honor. En esta cena se sentó al lado de Carson McCullers y se entendieron muy bien por su mutua admiración. Y como narra Marías en el primer texto Carson McCullers arregló la comida en la que Isak Dinesen conoció a Marilyn Monroe y Arthur Miller. A juzgar por la sexta foto con Miller no se llevó tan mal.

El último texto es de Nancy "Slim" Keith todo un personaje que inspiró a su marido Howard Hawks la “Slim” de la película “Tener y no tener” de tal suerte que Lauren Bacall fue modelada a su imagen y semejanza. Cortejada por Clark Gable y Ernest Hemingway fue también muy amiga de Truman Capote. Amistad que terminó cuando Capote realizó un retrato poco favorecedor de Slim en “Plegarias atendidas”.

Slim Keith estuvo casada primero con el director de cine Howard Hawks y luego con el agente Leland Hayward, de ahí la confusión en la dedicatoria. De las visitas de Truman Capote a Karen Blixen no se conservan testimonios gráficos o al menos yo no los he encontrado. Una pena, pero bueno en la penúltima foto aparecen los otros participantes del té Truman Capote y Slim Keith con Sam Spiegel (productor entre otras películas de “De repente el último verano” y “La reina de África”) y en la última aparecen Slim Keith, Ernest Hemingway y Lauren Bacall.

Only time

Who can say 
Where the road goes 
Where the day flows 
Only time