Mi querido Watson


Sherlock Holmes es uno de los detectives más famosos de la literatura. Es un prodigio para el razonamiento lógico, posee amplios conocimientos científicos y toca el violín.
También consume morfina y heroína, pero sólo hace uso de la droga cuando esta aburrido porque no tiene un trabajo intelectualmente estimulante entre manos. Contra lo que se suele creer no fuma opio e incluso lo desaprueba en una visita que tiene que hacer a un fumadero durante un caso. Sherlock Holmes ha sido llevado al cine en multitud de ocasiones por diferentes actores. El último que recuerdo es Rupert Everett que no lo hizo mal en “El caso de la media de seda” y tiene además el físico y el acento idóneo para el papel. Para muchos aficionados a las novelas, el Holmes de Jeremy Brett es la mejor interpretación hasta la fecha.
Guy Ritchie (ex-marido de Madonna) ha dirigido una nueva versión de Sherlock Holmes en la que Watson es Jude Law y Sherlock Holmes, Robert Downey Jr. La película no esta basada en ninguna novela del canón holmesiano, sino en un comic. Va a ser un Sherlock Holmes con escenas de acción en las que Downey mostrará sus habilidades para la lucha. Ritchie arguye que se han ido añadiendo estereotipos a un personaje que en las primeras novelas tenía 30 años y era aficionado a la esgrima y al boxeo. En cualquier caso, cualquier lector de las novelas sabe que de esa pretendida fidelidad hay muy poco. Incluso su relación con Irene Adler sobrepasa lo platónico en esta película y a juzgar por el trailer es un poco a lo “Maverick”. Con todo y con eso promete ser entretenida, siempre y cuando se acepte por los puristas como una película de acción disfrazada de Sherlock Holmes.
Robert Downey Jr. es un gran actor y ya imitó el acento británico en “Chaplin”. Sin embargo, su físico esta bastante alejado del de Holmes, descrito como un hombre alto, enjuto y con una nariz aguileña sin la que soy capaz de imaginarmelo. Robert Downey ha dicho: “Claramente, voy a hacerlo mejor de lo que se ha hecho nunca”. Bueno, uno a veces no puede evitar conocer sus propias cualidades. Como dijo el propio Sherlock Holmes: “Mi querido Watson, no puedo estar de acuerdo con aquellos que sitúan la modestia entre las virtudes. Para el lógico, todas las cosas deberían ser vistas exactamente como son, y subestimarse es algo tan alejado de la realidad como exagerar las propias facultades.”. De todas formas, creo que hubiera sido más prudente esperar un poco la reacción del público. Si eres un buen actor, al final terminan por reconocertelo.
En cuanto a Jude Law tampoco es el típico Watson porque estamos acostumbrados al estereotipo de hombre maduro con bigotes y no muy atractivo surgido de las películas. Sin embargo, Sherlock Holmes bromea sobre el éxito de Watson con las mujeres en las novelas. Los holmesianos suelen relacionar a Watson con su creador Sir Arthur Conan Doyle porque los dos fueron médicos del Ejército y porque él se inspiro en su profesor Joseph Bell del que fue ayudante para crear a Holmes. Yo diría por la foto que Jude Law podría incluso parecerse un poco físicamente al joven Conan Doyle. En resumen que es el Watson perfecto.


Wonder Boys (II) (Jóvenes prodigiosos)


La adaptación de la novela “Chicos prodigiosos” (“Wonder Boys”) al cine se titula “Jóvenes prodigiosos” en España y esta dirigida por Curtis Hanson (L.A. Confidential). La protagonizan actores que nunca me han llamado la atención, pero que hacen un buen trabajo con sus personajes. Michael Douglas que sería la elección más arriesgada sabe dar el tono de amable cinismo que le es propio a Grady. Robert Downey Jr. es perfecto como Crabtree (creo que me estoy haciendo fan) y tiene química con Douglas y Tobey Maguire. Este último en el papel de James lleva a cabo también una buena interpretación, pese a que su personaje esta la mayor parte del tiempo dormido o somnoliento por efecto de diversas sustancias.
La película comienza a suscitar el interés desde la llegada de Crabtree con un travesti que ha conocido en el avión y que les saca casi una cabeza a Grady y Crabtree. Si no es travesti Crabtree se asegurará de que lo sea al final según Grady.
El guión acierta incluyendo algunos de los mejores diálogos de la novela como cuando el cinéfilo James enumera de memoria los suicidios de actores y actrices de Hollywood incluyendo método y fechas. Otros citas memorables:

James:Yuck! That is a big trunk. It holds a tuba, a suitcase... a dead dog and a garment bag almost perfectly.
Grady:Yep. That's just what they used to say in the ads. (...)
James:Whose tuba is that anyway?
Grady:Miss Sloviak's.
James:Can I ask you something about her?
Grady:Yes, she is.
James:So is your friend Crabtree... Is he?... Is he gay?
Grady:Most of the time he is, James. Some of the time he isn't.

[Grady Narrating]: Whenever I wondered what Sara saw in me... and I wondered more than once... I always came back to the fact that she loved to read. She read everything, every spare moment. She was a junkie for the printed word. And lucky for me... I manufactured her drug of choice.

Grady: Well, he did say a few things that made me believe it was his car.
Crabtree: Like what?
Grady: “That's my car, motherfucker”

Es una película que captura el espíritu de la novela y los cambios en general son para bien. Grady Tripp que tiene 40 años en la novela se transforma en el cincuentón Michael Douglas, que no podría haber sido compañero en la universidad de Robert Downey Jr. En la película Grady sólo ha escrito una novela que le catapulto al éxito, mientras que en la novela esta intentando escribir la cuarta. Lo que es más difícil de explicar es el cambio del color de pelo del perro. Cuando ponen el perro en la cama de James para que simule la figura de este dormido, en la novela asoma un mechón de pelo negro, no se entiende porque eligen entonces un perro blanco que no resulta tan conveniente. Al final en la novela Grady recupera la chaqueta robada que perteneció a Marilyn Monroe a su legítimo propietario y Sara la lleva en su boda con Grady. En la película deja que se la quede una camarera, cosa que no es tampoco un gesto fuera de lo común para alguien como Grady. En la novela no se menciona el futuro de James y Crabtree. En la película se dice que James deja la universidad y se va a Nueva York para publicar su libro.

Wonder Boys (I) (Chicos prodigiosos)


Esta novela de Michael Chabon esta basada en parte en su propio bloqueo creativo tras terminar su primera novela y en parte en un antiguo profesor suyo, Chuck Kinder que era una leyenda en la Universidad de Pittsburgh por llevar años escribiendo una novela que ya llevaba 3000 páginas.
Grady Tripp es un obeso profesor de universidad adicto a los porros, adúltero impenitente y patológicamente incapaz de terminar su novela”Chicos prodigiosos”. Grady resulta simpático por su bonhomía y su preocupación por su alumno más prometedor, James Leer. A lo largo de un fin de semana Grady atravesará una la crisis existencial al ser abandonado por su esposa y recibir al noticia de que ha dejado embarazada a su amante, la rectora de la Universidad. Para empeorar las cosas Grady provoca la muerte de un perro, una boa y se ve envuelto en la desaparición de una chaqueta que perteneció a Marilyn Monroe.
Los “wonder boys” a los que hace mención el título son tres. Grady ve reflejados en su alumno James Leer a Terry Crabtree, su editor y a él mismo cuando eran jovenes. Grady conoció a Crabtree en la universidad y se hicieron amigos tras descubrir la admiración de ambos por un oscuro escritor de cuentos de terror del estilo de H.P. Lovecraft, August Van Zorn. Por aquel entonces Crabtree soñaba con ser editor y Grady quería convertirse en el nuevo Faulkner. James Leer es arisco y solitario como Crabtree en su juventud y aspirante a escritor como era Grady. James comete pequeños robos y miente compulsivamente sobre su vida familiar. No es el único joven inmaduro de la novela, Crabtree y Grady roban una tuba de la cinta de equipajes del aeropuerto y se comportan como dos adolescentes provocando el caos allá donde van.
Habiendo leído la novela años atrás lo que mejor recordaba antes de releerla era la parte en que Grady lleva a James a celebrar la pascua judía en casa de sus suegros. Esta parte es considerada por muchos innecesaria y entorpecedora de la narrativa y no es sorpendente que en la película se haya eliminado completamente. Sin embargo, yo tenía en la memoria a James leyendo seriamente su parte del rito. Recordaba también la sorpresa de Grady al encontrarse con una fotografía en el salón de la casa de James, la misma foto que tiene su mujer colgada en casa. En la foto aparecían nueve hombres de aspecto serio con una pancarta donde se leía “Club Sionista de Pittsburgh" formando un arco sobre una estrella de David y unos caracteres hebreos. Grady sabe que el hombre del centro del grupo era Isidore Warshaw, el abuelo de su mujer. El tipo alto y delgado de la esquina de la fotografía es posiblemente el abuelo o bisabuelo de James. Posteriormente Grady le pregunta a James si es judío. James dice que sí pero que sus abuelos abjuraron. Cuenta que una vez en un restaurante pidió cream soda y se pusieron a chillarle, diciendo que era demasiado judío. “Al parecer, tomar un cream soda es lo único que he hecho que puede considerarse propio de un judío” comenta. Grady le pregunta si el seder de los Warshaw le hizo sentirse judío. James contesta que fue interesante y que fueron muy amables, pero que le hizo sentir que no era nada. Hubiera resultado interesante conocer los pensamientos de James en el caso de ser él el que viera la foto en casa de Grady.
Resulta increíble que en una sola ciudad se hayan reunido tantos personajes llenos de color y excentricidad. El problema de la novela sería la acumulación de personajes secundarios interesantes y subtramas. Me gustaría conocer mejor a Terry Crabtree, James Leer, Hannah Green... que se nos ofrecen desde la limitada y emporrada observación de Grady. La lectura del libro enriquece para mí el visionado de la película. El conocer mejor los pensamientos y los sentimientos de los personajes a través de la novela hace observar con atención miradas y gestos de los actores que de otra forma podrían pasar inadvertidos.