No mires atrás con ira

Slip inside the eye of your mind, don’t you know you might find a better place to playYou said that you’ve never been but all the things that you’ve seen they slowly fade away. So I’ll start a revolution from my bed because you said the brains I had went to my head... step outside, summertime’s in bloom, stand up beside the fireplace

Take that look from off your face you ain’t ever gonna burn my heart out.

DON'T LOOK BACK IN ANGER, I hear you say.


La vida sigue y sigue, y a su paso te va dando sorpresas... cuando menos no las esperamos. ¿Para qué ponernos mal por alguien a quien no le interesamos? ¿Por qué preocuparnos por alguien que no lo hace por nosotros? Basta, alejemos la energía negativa que nos envuelve y creemos  optimismo a nuestro alrededor, eso será lo que nos salve. Riamos más, abracemos más y hagamos felices a quienes si se lo merecen... además de nosotros, claro está. Con el paso del tiempo las personas se muestran tal cual son, con sus debilidades y sus defectos a flor de piel... sólo aquellas que han sido sinceras con nosotras son las que no nos defraudan, las que siempre están y van a estar. Hay veces que elegimos mal, que confiamos en quien no debemos, que queremos a quien no se lo merece... son errores de los que tenemos que aprender, que nos hacen fuerte, que nos hacen ver cuanto podemos aguantar. Y en esos errores uno se da cuenta cuantas manos están dispuestas a ayudarte... cuantas personas están dispuestas a perdonar, cuantas a entenderte, cuantas a permanecer a tu lado. Me cansé de la gente que no persigue sueños en la vida, que no sabe lo que perdió hasta mucho tiempo después... Ya no corro en socorro de nadie, a no ser que realmente valga la pena. Con el correr de los años pude darme cuenta que los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de una sola mano... el resto, sólo son amigos, personas que llevan el título por decoración. Pero no miremos al pasado con rencor. Miremos con alegría al futuro. Un gran camino nos espera por delante... sé, que todo lo que viene, es mejor.

I'm free to be whatever I
Whatever I choose
And I'll sing the blues if I want

I'm free to say whatever I
Whatever I like
If it's wrong or right it's alright

Que digan lo que quieran

It's sad, so sad, it's a sad sad situation and its got more and more absurd. It's sad, so sad... Why cant we talk it over? Oh it seems to me, that sorry seems to be the hardest word.

El arte de perder no es difícil de aprender, tantas cosas parecen querer extraviarse que perderlas no acarrea ningún desastre.

La gente va y viene en esta vida, sólo se quedan a tu lado quienes verdaderamente importan... o mejor dicho, a quienes verdaderamente le importamos. Algunas veces queremos a quien no se lo merece... nos preocupamos, y nos importan personas que no darían ni la mitad por nosotros. Duele darse cuenta de estas cosas cuando ya es demasiado tarde, cuando ya dimos lo mejor y no obtuvimos nada a cambio. Y no es que busque recibir un beneficio, pero ¿recibir un golpe? ¿Sentirse usada? No está bueno. Hubiese dado todo lo que di y mucho más, si tan solo estas personas que me lastimaron hubieran sido lo suficientemente valientes para venir a pedirme perdón en la cara, si no se hubiesen escondido como cucarachas... hubiera hecho un borrón y cuenta nueva y olvidado todo. Pero no, no me pidieron perdón, ni siquiera me saludan... Perdón, parece ser la palabra más difícil. Y lo peor de todo es que ellos están bien. Y deben hablar tantas cosas de mí... ¡Qué importante que me siento! La gente habla y dice cosas sobre mi a mis espaldas (si, porque nadie es capaz de decirme las cosas de frente). Y yo le digo a toda esa gente: Digan lo que quieran, me rasbala todo lo que puedan decir de mí. Yo sé lo que soy como persona, sé lo que valgo, sé lo que hice, lo que no hice, lo que dije, lo que di... Así que digan lo que quieran, pierdan el tiempo hablando de cosas que no entienden, que no saben, que suponen, que creen. El que quiera saber la verdad que venga y me lo pregunte. La gente dice muchas idioteces y deja de lado las cosas importantes de la vida. Yo no quiero estar pendiente del "que dirán" de mi. ¡Que digan lo que quieran!


No soy mejor que vos y no seré perfecta, a medio camino por andar, cayendo y volviéndome a parar.  Aprendo del error y creo que el destino se escribe con gotas de sudor. No temo a la herida ni al dolor.

Y ahora sé muy bien a donde va la vida, y no hay mentira que me engañe y a nada vendo la razón. Que digan lo que quieran, que las palabras vienen y se van , y yo soy como soy en realidad, quiero vivir a mi manera. Que digan lo que quieran, yo tengo ya mi brújula interior,
me importa lo que dice el corazón. Y sé muy bien a donde voy. Que digan lo que quieran.

Me acostumbré a danzar al borde del abismo y allí la mentira y la verdad son parte del tiempo que se va. La vida es del color  del que yo quiera verla Por fuera es un juego de ilusión y nada es verdad si yo no estoy.

Dos polos opuestos

Si mis tristezas te causan alegrías 
es porque tus reglas son distintas a las mías.


Hay días que extraño al Agus. Otros días extraño a Pablo.
Ya no sé que siento por uno, ni que siento por el otro. En realidad si lo sé, pero no quiero asumirlo. No quiero necesitarlos porque no puedo tenerlos a mi lado, por ende no quiero extrañarlos. Pero los quiero, y ¿cómo se puede NO extrañar a alguien sabiendo eso? Son muy distintos uno de otro, no sólo físicamente, sino también en sus formas de ser.

El Agus es el amor de mi vida. Pase lo que pase, digan lo que digan, él es el único al que amo y al único al que siempre voy a amar. Y voy a estar a su lado toda la vida. Por más que pase el tiempo, jamás dejo de amarlo. Pienso en él todos los días de mi vida, soñando en que vuelva a mi lado en algún momento... esperando por algún milagro, esperando que algo se encienda en su corazón y lo haga volver. Pero no va a pasar, así que siempre será mi amor improbable... ahí, cerca, pero lejos.
A Pablo lo veo todos los días en la facu. Al principio ni lo registraba, no tenía idea quién era, si me lo cruzaba en la calle no lo reconocía... no sabía que existía. Según él, yo era "su amor imposible". Já, que chistoso, no soy tan idiota como para tragarme eso. La cosa es que cuando estaba mal por el Agus, él fue quien me sacó de la depresión y se convirtió en una persona muy especial para mí... no puedo no quererlo por más que me haya hecho lo que me hizo. No puedo no extrañarlo, necesitarlo a mi lado.

Quisiera estar bien con los dos, quisiera poder hablarles como antes, abrazarlos... pero no tengo a ninguno. Los quiero de diferentes maneras. 
A uno lo amo con todo mi corazón y mi alma, y sería capaz de dar mi vida por él. Al otro, lo quiero como nunca llegué a querer a otro amigo. 
Al primero quiero amarlo, para toda la vida. Al segundo quiero protegerlo, siento que necesita a alguien que lo ayude, que lo incentive, que le ponga los pies sobre la tierra y lo guíe. 
Al primero lo conozco como a la palma de mi mano, no le hacen falta palabras para que lo entienda. Al segundo lo conocí de una manera, y ahora es otra persona completamente distinta... ¿Pablo, quién sos en realidad?
A uno lo seguiría hasta al fin del mundo, sin importarme nada ni nadie. Al otro lo acompañaría hasta el final de la meta, sólo para verlo feliz. 
Al primero le hace falta tranquilidad, sosiego. Al segundo le hace falta despreocuparse por las cosas, enojarse menos y sonreír más.

Fueron dos personas que marcaron mi vida, hayan querido o no. ¿Cómo puedo NO extrañarlos? Así sea que no se acuerden de mí jamás. Yo los tengo presente siempre. Es que no puedo sacarlos de mi corazón, ¿cómo voy a sacarlos de mi cabeza? 
Son dos polos opuestos, opuestos entre sí, opuestos a mí también. Cada uno necesita cosas diferentes, buscan cosas diferentes... ¿y yo? ¿Qué necesito, qué busco? Yo necesito a alguien a mi lado que más allá de que me ame, me extrañe! Así como yo extraño, necesito saber que hay alguien en otra parte de este mundo que piensa en mí y me extraña. No busco nada en especial, sólo busco a alguien que me acepte y me quiera como soy, con mis defectos y mis virtudes, pero sobre todo por mis defectos.  

Las cosas no funcionaron con el Agus por algo... a lo mejor no era el momento para estar con él. Viendo mi relación con él en retrospectiva, realmente yo era la cosa más inmadura del mundo. Pienso en un montón de cosas que podría haber hecho distintas, y sin embargo... me porté como una nena. Me doy cuenta que crecí muchísimo todo este tiempo sin él. ¿Habría pasado lo mismo estando a su lado? No lo sé, siempre tendré la duda.
Las cosas con Pablo no funcionaron porque él no supo ver quién era yo, quién tenía al frente... me cambió por otra, en mis narices. Eso es de cobardes. Y lo que hace ahora, más todavía... no me habla, no me mira, ni me saluda. Como siempre digo, enojarse es lo más fácil del mundo cuando no se quiere enfrentar un problema. Igual, por mi parte, ya pasó, otro tema, punto y aparte. Lo que me duele de todo esto es haber estado tan presente para él, que me haya importado tanto, que haya sido tan especial en mi vida, y que me haya preocupado en todos los sentidos por él, y que ahora me devuelva todo de esta manera... 

La vida te da sorpresas, y te golpea por donde menos te lo esperas. Lo positivo que puedo sacar de todo esto, es que no tengo miedo de amar. No tengo miedo de enamorarme. Soy capaz de poner todas las fichas de nuevo aunque vuelva a perder. No tengo miedo. Es más, quiero enamorarme. Quiero amar y ser amada, y dejar de volar un poco... quiero aterrizar, dejar de caer del cielo de una vez por todas....

La tormenta del desierto

Mi culpabilidad es como una pecera vacía, como juzgar al sol por salir de día. Yo soy libre porque desde aquí yo vuelo, solo toca despegarse del suelo.


¿Cómo saber si estamos actuando bien? ¿Cómo saber si lo que hacemos/decimos no lastima al otro? ¿Por qué el resto no piensa en lo mismo antes de decir/hacer algo? Esta semana que pasó fue intensa. Pensé que después de tanta tormenta me tocaría un poco de calma... pero, vamos, seamos sinceros, soy yo, mi vida no es tranquila, yo misma soy un caos, ¿cómo pretendo tener paz a mi alrededor?  Esa tormenta, un remolino en medio del desierto, que se acercaba a lo lejos, esa tormenta que me pronosticó mi amiga Juli para primavera, llegó esta semana. Fue la gota que rebalsó el vaso. 
Si hay algo en esta vida que me hace sentir bien, es lo que hago, diseñar. Después de perder amigos, de perder al Agus el amor de mi vida, de perder seres queridos para siempre, de haber tenido que despedirme de la Liza (mi perra), de haber pasado por crisis emocionales... el diseño fue y es lo único que me mantiene a flote. Es mi incentivo para seguir adelante, porque es de lo que voy a vivir el día de mañana y lo que voy a hacer hasta que me muera porque es lo que me gusta y lo que mejor me sale hacer, porque me apasiona. Entonces, que venga una persona y me diga de un trabajo de la facu: "esto es una pelotudez", después de haber hecho muy pocas cosas en ese trabajo, de no haber tenido idea de nada... me duele. No solo me duele lo que dijo, sino que me duele sabiendo quién lo dijo.

La mitad de las personas que conocemos van a desilusionarnos en algún momento de nuestra vida, y no vamos a poder evitarlo, son cosas que pasan. Cuando estas cosas pasan, tenemos dos opciones: dejar marchar a esta persona para que más adelante tome conciencia de lo que hizo, o hablarle y dejar las cosas en claro de por qué nos sentimos desilusionados. Yo hice lo segundo, muy inocentemente, como siempre, porque todo me sale de loca, inocente e impulsiva que soy. Le dije a esta persona que más allá de lo que había pasado, no quería perderla porque en los momentos en que estuve mal, él era un motivo para no sentirme triste, y a eso lo valoré muchísimo. No recibí respuesta alguna. Claro, cuando uno se ofende con la verdad, lo mejor y más fácil es hacerse el enojado. Así que pasé a la primera opción, esperando que el tiempo cure heridas. 

Borromini y Bernini






El único inconveniente de aquel excéntrico Borromini era que muchas veces tenías que ver también a Bernini, su cruel rival en el mundo de entonces, a su lado, combinado con él u observándolo con desdén, como en la fuente de la Piazza Navona, donde se dice que el Nilo se cubre la cara para no tener que mirar la “inestable” fachada de Sant´Agnese, y el Plata levanta la mano tembloroso para impedir que se caiga, como esas fotos que se hacen los turistas agarrando la torre de Pisa. Peter detestaba a Bernini y le hacía la higa cuando no lo veían. Personalmente no encontraba nada que objetar en las proporciones de Sant´Agnese, salvo que la estatua de la santa señalándose el pecho con el dedo estaba colgada en un extremo de la balaustrada en lugar de en el centro: ¿Dónde estaban los otros “errores” que a Bernini le parecían tan ridículos? Compró una de esas postales de tamaño gigante y se la envió a Bob, con una flecha que señalaba la iglesia y el mensaje: “¿Qué tiene de malo esta fachada? Por favor, infórmame. Peter”.
Había empezado a comprar catálogos, postales, grandes reproducciones en papel cuché; invirtió en una historia de la arquitectura de bolsillo, en un espejito para ver los frescos de la Capilla Sixtina, en una agenda y en un diario en el que anotaba sus reflexiones. Incluso deseó tener una cámara fotográfica. O saber dibujar. Aunque antes solía censurarle a su madre que se gastara el dinero en postales y le decía que debía confiar en su memoria, se quedó muy compungido al ver que en Anderson´s sólo tenían una mísera reproducción de los maravillosos ángeles que parecen anidar en las bóvedas de San Giovanni in Laterano. Esperaba encontrar un montón de particolari donde escoger, que le recordaran, de vuelta en París, la mañana que descubrió aquel fantástico aviario de querubines y poco le faltó para desmayarse de gusto.
De no ser por Borromini, Peter no estaba seguro de que le gustara el barroco y se preguntaba si las razones por las que le gustaba no serían, para alguien como Bob, espurias: las sedosas criaturas simétricas que ponía por todos lados, de pie en los campanarios, anidadas en los techos abovedados, ocultas en los gallones, disimuladas en las columnas u observando desde los frontones. A Borromini debían de gustarle las alas, pues por lo general les ponía dos pares a sus ángeles, como pequeñas piezas de ropa, uno abierto y el otro cerrado. Y también debían de gustarle las estrellas, las plantas, las hojas, las flores, las bellotas. Peter había llegado a apreciar profundamente esa delicada manera de rimar lo cóncavo y lo convexo, que parecía ser el “lenguaje” del maestro, y el movimiento de la escayola, como si fuera una cinta, alrededor de las ventanas, que le recordaba a cuando su madre glaseaba los pasteles, el azúcar formando volutas en el cuchillo antes de ser extendida. Le parecía leer mensajes codificados de la Madre Naturaleza en las cabezas gigantes de los halcones de ojos adustos (con pechos de mujer) que coronaban los pilares del Palazzo Falconieri y en las bellotas que colgaban como pendientes en la Sapienza y en el Colegio de Propaganda Fide, perforando pequeños agujeros en la carne de piedra. El tipo debía tener un extraño sentido del humor. Sin embargo, Bob le había contado que se había suicidado.

Pájaros de América, Mary McCarthy

Mary McCarthy además de haber escrito dos libros sobre ciudades italianas, “Piedras de Florencia” y “Venecia observada” escribe prolijamente sobre Roma en “Pájaros de América”. Su protagonista Peter Levi tiene igual que yo preferencia por el gótico y obsesión por la ética (en su caso Kantiana). Cuando leí la novela me empecé por tanto a interesar por el arquitecto barroco Borromini (sin tanta pasión como Peter y sin despreciar a Bernini). Me dirigí a la biblioteca para buscar algún libro sobre él y encontré que el libro que tenían lo había escrito nada menos que Anthony Blunt. De Blunt he leído incluso la biografía porque otro de los temas en los que me ha gustado indagar desde hace muchos años son los cinco espías de Cambridge:. Más sobre ellos aquí:


Al final todos los caminos conducen a Roma.